¿Formalización de la propiedad? ¿Incremento de impuestos?, estas fueron las preguntas orientadoras del ¡Conversemos! ¿Para qué un Distrito Rural Campesino en Medellín?,espacio donde nos encontramos campesinas, campesinos y diferentes actores sociales y comunitarios. El 13 de agosto de 2020, en compañía de la Asamblea Campesina del Valle de Aburrá, nos reunimos en una versión más del Conversemos, en esta ocasión de forma virtual con el objetivo de aclarar dudas, brindar información y prevenir a las comunidades campesinas sobre el catastro multipropósito, el impuesto predial y los efectos que pueden generar.

Así pues, se explicó que el catastro multipropósito, a diferencia del catastro tradicional, apela a un modelo que pretende diversificar la naturaleza de los datos sobre los que trabaja, debido a que trasciende los aspectos físicos, jurídicos y económicos de una propiedad para tener en cuenta aspectos sociales, culturales y territoriales de las personas que habitan los predios. Oscar Darío Quintero Zapata, profesional en geoinformática, habló de los beneficios que este nuevo enfoque puede traer a las comunidades rurales, ya que, a partir del catastro multipropósito, “las personas pueden resolver conflictos de tierras, acceder a la formalización de predios y, como resultado, tener más gobernanza sobre sus propios territorios”.

Por otra parte, Carlos Arturo Cadavid, abogado y coordinador de la Alianza Internacional de Habitantes (AIH), desarrolló el tema del impuesto predial, explicó cómo se determinan las tarifas de los impuestos y las leyes por medio de las que se reglamenta este aspecto. A su vez, la perspectiva que se expuso no fue muy alentadora en cuanto a lo que podría hacerse para alivianar el impacto del impuesto en la economía de los hogares campesinos.

El Impuesto Predial Unificado se define como el tributo de carácter local que se cobra según el principio impositivo de capacidad de pago, debido a que grava el patrimonio de las personas según el valor de las propiedades inmuebles que posean. Además, dichas tarifas se encuentran diferenciadas de acuerdo a los estratos socioeconómicos, los usos del suelo en el sector urbano, la antigüedad de la formación o actualización del catastro, rango de área y avalúo catastral. Otros aspectos tenidos en cuenta fueron los beneficios a los que la población podría acceder si cumple con lo requerido, las modalidades de pago alternativas y las acciones que las personas que viven en una casa donada por el Estado puede realizar para quedar exentos de tributar por lo menos durante diez años.

El espacio permitió la participación de personas de los cinco corregimientos de Medellín y de las veredas de los diferentes municipios del Valle de Aburrá. De igual modo, se lograron despejar algunas dudas e inquietudes que los asistentes enunciaron previo al conversatorio y durante el mismo. Finalmente, la invitación quedó abierta a seguir participando en estos conversatorios para fortalecer el Distrito Rural Campesino para Medellín por medio de un trabajo vivencial acorde con el derecho de construir realidades propias, pues una de esas es la relación que tejen los territorios con la Administración Municipal y que se concreta a través de los impuestos y de la formalización de la propiedad.

👀 Encuentra aquí la transmisión del evento: ‘Conversemos: Catastro multipropósito en la ruralidad’

¡Conversemos!

“[…] Somos hijas e hijos de la palabra
Hijas e hijos de la lengua y el lenguaje
¿Cuántas historias se encuentran ausentes cuando ella enmudece?
¿Cuántos viajes perdidos cuando se desconoce? […]”[1]

Las narrativas como manifestaciones vivas de las presencias campesinas en la ciudad de Medellín fueron para el 16 de mayo el tema de ¡Conversemos! ¿Para qué un Distrito Rural Campesino en Medellín?, un escenario que viene aportando a la discusión sobre la figura de protección territorial para la ruralidad campesina y, que además, facilita el encuentro entre distintos actores de la ciudad interesados en preservar y defender la vida, la cultura y la economía campesina de Medellín.

Realizado en el auditorio de Confiar de la Avenida 1 de Mayo -zona centro de Medellín-  el ¡Conversemos! en esta ocasión tuvo como invitadas a dos maestras de los corregimientos de Santa Elena y San Sebastián de Palmitas, ambas acumulan juntas más de 70 años de experiencia y han encontrado en la defensa de la educación rural el cimiento de su proyecto de vida; Gilma Ayala y Beatriz Álvarez compartieron con organizaciones campesinas, estudiantes de universidades públicas y privadas, organizaciones de mujeres, entre otros actores sociales de la ciudad, sus historias situadas y reflexivas pero además propositivas en torno a la identidad campesina, sus aspectos socio-culturales y las condiciones económicas y políticas de los corregimientos, y en últimas, lo que implica ser campesina y campesino hoy de Medellín.

¡Conversemos! (2)

Sus relatos dieron cuenta de su experiencia como mujeres y la realidad nacional de la labor docente con sus condiciones y prestigios, pero además, el territorio y la procedencia campesina de las dos hicieron camino para sus vivencias  acumuladas actualmente como maestras y aparecen, entonces, unas historias que vinculan las realidades campesinas en la acción pedagógica y otras tras haber presenciado las disputas territoriales con distintos actores, incluyendo los armados, que causaron el abandono de su quehacer en algunos lugares.

Particularmente, las y los campesinos de Santa Elena que anteceden dos o tres generaciones a la actual, y teniendo en cuenta las múltiples amenazas históricas a la permanencia en los territorios de la ciudad, manifiestan continuar identificándose como campesinos; y en ese contexto, la ausencia del Estado ha multiplicado la solidaridad entre las personas y la lógica comercial sostenida en el valor de la palabra. Para el caso de San Sebastián de Palmitas ubicado a la salida de Medellín hacia el Occidente del Departamento, el desarraigo atraviesa las miradas de quien le visita a pesar, o por su misma, vocación campesina invisibilizada en todo el territorio nacional.

Así, durante el encuentro se resaltaron elementos simbólicos con un trasfondo histórico que fue posibilitado por las mismas trayectorias educativas de las maestras. El auditorio respondió en esa dirección y sus intervenciones se hicieron alrededor de las propias experiencias, percepciones y retos que, entre otras, tiene esta ciudad para garantizar posibilidades económicas, sociales y políticas a la población campesina como sujeto de derechos.

En últimas, el ¡Conversemos! para esta ocasión deja como apuestas en el marco del Distrito Rural Campesino pensarse el reconocimiento social y político de la ruralidad campesina en la ciudad, y para ello, la escuela no puede aislarse del medio que comprende y, en este sentido, la experiencia de los corregimientos de Santa Elena y San Sebastián de Palmitas son referentes metropolitanos en cuanto a las representaciones culturales y la generación de material pedagógico que rescatan los contextos campesinos.

Para el mes de Julio, se anuncia un nuevo ¡Conversemos! con el tema de las presencias campesinas de Medellín.

[1] Cifuentes, Laura M (2016). Oralidad narrativa como identidad campesina. Universidad de Antioquia.

Conversemos DistrituRural def

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