En el marco del Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, estuvimos participando en el conversatorio Lunes de Ciudad: El campo tiene rostro de mujer.

Nos encontramos vía Facebook live con otras mujeres pertenecientes a diferentes organizaciones, que tienen incidencia en los territorios, para poner sobre la mesa todos aquellos retos que tenemos en relación a la garantía y protección de los derechos de las mujeres rurales campesinas.

Ser una mujer rural campesina se define por estar conectada a la tierra, a una finca campesina y a unas relaciones entre vecinos y vecinas de carácter solidario. Se consideró que en Colombia el 48,16% de la población rural son mujeres, lo que nos lleva a pensar en la manera en la que los territorios están constituidos y cuál es la población más afectada en relación a las violencias, las brechas sociales, la discriminación y la falta de participación política en los territorios.

En ese sentido, Carmen Acevedo, mujer campesina y gestora comunitaria del corregimiento de San Cristóbal, resaltó la importancia de empoderar a las mujeres que habitan el campo para que salgan del ámbito privado y den a conocer sus problemáticas; esto a través de la sensibilización sobre los diferentes tipos de violencias que aquejan a las mujeres y, en ese orden, sobre las leyes y derechos que las protegen.

Un ejemplo de lo enunciado por Carmen son: la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín y la Red Intermunicipal de Mujeres del Norte del Valle de Aburrá, quienes poseen el acompañamiento de la Corporación Penca de Sábila, buscando que las mujeres hagan parte de nuevos espacios donde se reconozcan los derechos de las mujeres y se cierren las brechas de género.

Según, Verónica Castro Ospina, integrante del Programa de Mujeres y Justicia de Género de la Corporación, uno de los factores más importantes en cuanto a las problemáticas que tienen las mujeres en el campo es la autonomía económica y el acceso a la tierra, ya que históricamente los hombres son quienes se han encargado de administrar los bienes en la familia, lo que se traduce en violencia patrimonial y la dificultad de las mujeres para acceder a una vida crediticia que posibilite los proyectos propios.

En la mísma línea, Isabel López, coordinadora de la línea de Mujeres Rurales de la Gobernación de Antioquia, confirma que, “hablando sobre la economía y sus brechas, se evidencia una profunda desigualdad en la jefatura en los hogares en las zonas rurales. Asunto que se ve reflejado en situaciones como las épocas de recolección de café donde son las mujeres quienes suelen recolectar, secar y tostar, pero son ellos quienes venden el café y se quedan con el ingreso”.

Finalmente, se resaltó que algunas de las exigencias de las mujeres rurales y campesinas sí han tenido una resonancia importante en la propuesta del Distrito Rural Campesino de Medellín, entre ellas la titulación compartida del predio, donde tanto hombres como mujeres tienen participación en la tenencia de la tierra.

Encuentre la trasmisión completa en: ‘Lunes de Ciudad: El campo tiene rostro de mujer’

Luego de marchar el 8 de marzo por las calles de Medellín y unirse al manifiesto del Movimiento Social de Mujeres, los días 17 y 26 de marzo la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín realizó una serie de plantones al frente de las casas de gobierno de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas denunciando las violencias contra las mujeres rurales y campesinas. Agradecemos la vinculación de la batucada Manada Roja a esta acción pública de denuncia.

Plantón marzo 2017 mujeres

Comunicado Red Intercorregimental de Mujeres de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas, Medellín

Nosotras, mujeres rurales y campesinas de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas NOS CONCENTRAMOS hoy en el marco de la conmemoración del 8 de marzo “Día Internacional por los Derechos de las Mujeres” para denunciar las persistentes situaciones de discriminación, exclusión y violencias perpetradas contra las mujeres, las cuales continúan siendo un flagelo a nuestros derechos humanos que denotan los arraigos a una cultura patriarcal.

DENUNCIAMOS las violencias en todas sus manifestaciones: psicológica, física, sexual, económica y patrimonial, expresando todo nuestro repudio y señalando que estas tienen matices particulares relacionados con las dinámicas propias de nuestros contextos campesinos y rurales, los cuales deben ser considerados de manera diferencial por el Estado para su atención y tratamiento.

La persistente violencia física expresada en agresiones directas al cuerpo de las mujeres, la violencia psicológica como muestra de la subvaloración, menosprecio y denigración de lo femenino, la violencia sexual evidente en el desconocimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos, las barreras para decidir libremente la maternidad, las violaciones y el miedo a transitar por el territorio debido a la inseguridad, la violencia económica manifiesta en la falta de autonomía económica de las mujeres campesinas y en el no reconocimiento del trabajo en las fincas campesinas, y la violencia patrimonial visible en los obstáculos persistentes para que las mujeres campesinas seamos propietarias de la tierra. Todas estas situaciones son expresión clara de las violencias a las que estamos sometidas las mujeres de forma cotidiana.

EXIGIMOS al Estado la atención y protección de nuestros Derechos Humanos, lo cual encuentra relación con el reconocimiento de la legislación existente en materia de atención a las violencias contra las mujeres, la formación permanente de funcionarios y funcionarias responsables de las rutas de atención a las violencias con enfoque de género y diferencial, y la generación de programas y proyectos abocados al tratamiento y atención de las violencias contra las mujeres campesinas y rurales de Medellín.

Medellín, marzo 17 de 2017

 

“Mi cuerpo es territorio de derechos”.

“Las mujeres campesinas rechazamos todo tipo de violencias”.

“Exigimos una Medellín segura, libre de violencias y sin miedo para las mujeres del campo y la ciudad”.

“En memoria de Claudia Caicedo del Corregimiento de Santa Elena, ni un feminicidio más, ni una mujer menos”.

¡Mujer, mujer, denuncia violación, defiende tu vida, denuncia al agresor!

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