Reconfiguraciones espaciales en la ruralidad campesina de Medellín: planificaciones alternativas de un paisaje dinámico y en transformación
Autores: Héctor Manuel Lugo Agudelo, Susana Correa Alzate, John Dairo Zapata Ochoa, Cesar Quintero Ramírez, Doris Alicia Sánchez Betancur, Helena Pérez Garcés y Diana Elizabeth Valencia Londoño.
En este libro presentamos los resultados de un trabajo de investigación realizado entre la Universidad San Buenaventura y la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, ordenados en cuatro capítulos:
1. La ruralidad: un espacio en disputa que es necesario reinventar.
2. Aproximaciones al territorio.
3. Desafíos para la construcción de un DRC desde la base.
4. Consideraciones finales, este versa sobre las unidades de gestión territorial (UGT) y la necesidad
de una política pública que active respuestas para la consolidación de la ruralidad y los territorios
campesinos de cercanías.
El texto, a la vez que actualiza y sintetiza los contenidos necesarios y pertinentes para emprender una propuesta de planificación, ofrece información que sirve de referente para realizar estudios sobre la ruralidad campesina de cercanías y, en específico, sobre la ruralidad de Medellín. Así mismo es un marco metodológico para procesos de ordenamiento territorial de la ruralidad en el ámbito municipal.
Este trabajo se realizó en el marco de la Alianza por el territorio y la vida campesina en del Valle de Aburrá suscrita entre la Universidad de Antioquia (Departamento de Trabajo Social y el Instituto de Estudios regionales —INER— de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas), la Universidad de San Buenaventura, seccional Medellín, y la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, (Escuela del Hábitat de la Facultad de Arquitectura) y la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila.
El 11 de noviembre de 2020, en el marco de la Alianza por el territorio y la vida campesina, cerramos el ciclo de conversatorios de este año, hablando acerca de Ruralidades múltiples, identidades y realidades diversas. Partimos de la idea de que lo rural y lo urbano aparece como si uno fuera opuesto al otro, cuando en realidad, hablar de lo rural supone una serie de dinámicas económicas, sociales y culturales que crean matices a la hora de pensar en la planeación de un territorio.
Si bien lo urbano se encuentra definido, cuando se habla de lo rural o incluso de los poblados que se consideran cabeceras urbanas la definición de estos no es tan clara, debido a que las formas de habitar y de entender el espacio difiere en todas las dimensiones. “Pareciera que la comunidad construye su territorio, la administración la zonifica y los privados lo reciben para operarlo desde la productividad económica del suelo, cuando la verdadera economía rural se genera desde la finca campesina”, explica, Héctor Lugo Agudelo, coordinador de nuestro programa de Gestión Social y Ambiental de Territorio de la Corporación.
La ley 388 de 1997 en la cual se especifica la norma para ordenar el territorio no cuenta con un enfoque que considere la diversidad territorial como un aspecto que trasciende lo productivo y que posibilite gestionar la ruralidad campesina desde todos los matices y cambios que se van generando con la llegada de nuevas dinámicas.
Para Diana Valencia Londoño, docente de la Universidad San Buenaventura, no es suficiente entender la habitabilidad de una vivienda o la cantidad de espacio construido para calificarlo como rural o urbano, pues este concepto tiene que ver con el entorno inmediato, ya que también habla del bienestar de las personas que conviven allí. Por eso, la profesora Diana afirma que no basta con tener un marco legal que respalde el ordenamiento territorial, sino que es necesario una mirada transversal e integral que posibilite la creación de condiciones apropiadas para la vida en el campo.
Finalmente, la docente Helena Pérez Garcés, asegura que la zonificación como distrito no debe ser estática, sino que debe pensarse desde las transformaciones que todo el tiempo están teniendo lugar desde lo social y económico, para así gestionar desde la complejidad del territorio, porque no existen las ruralidades puras, siembre hay cruces entre lo que viene de la ciudad y lo que viene del campo.
Encuentra aquí la transmisión del evento: ‘Ruralidades múltiples, identidades y realidades diversas’
La manera en la que la academia se está acercando al campo ha demostrado la importancia de interconectar los diferentes sectores de la sociedad, generando beneficios para todos y todas, en este caso a comunidades campesinas y a estudiantes; por dicha razón, el 30 de septiembre de 2020 se realizó el conversatorio titulado De la universidad al campo en Medellín: intercambio de Saberes y de experiencias en el marco de la Alianza por el territorio y la vida campesina del Valle de aburrá.
El evento ahondó en las experiencias académicas que han tenido algunos estudiantes de la Universidad San Buena Aventura, la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia con la ruralidad campesina del Valle de Aburrá, enfatizando en cómo esas experiencias pasan por lo práctico y en muchas ocasiones se convierten en una posibilidad tanto para las comunidades campesinas como para estudiantes.
Con vistas a lo que actualmente ocurre en Colombia, se hace necesario que la academia no dé la espalda a las comunidades campesinas, sino que, por el contrario, se vincule a los diferentes procesos socio territoriales para fortalecer el tejido social desde el intercambio de saberes y la creación de redes donde se dé una construcción desde la justicia, la democracia y la sostenibilidad.
Se reiteró la importancia de seguir trabajando en el Distrito Rural Campesino como una propuesta que trasciende los usos del suelo y que garantiza la visibilidad de las comunidades, anotando que la academia también debe ser partícipe de dicho proceso que procura fortalecer el tejido social y mejorar la calidad de vida de quienes viven en el campo.
Puede encontrar la transmisión del evento aquí:
‘De la universidad al campo en Medellín: intercambio de Saberes y de experiencias’.
En el marco de la Alianza por el Territorio y la Vida Campesina, el 29 de julio de 2020, estuvimos conversando, vía Facebook live, acerca de los alcances que tiene y ha tenido la Alianza para la ruralidad campesina del Valle de Aburrá. Esta unión vincula a la academia desde las actividades formativas, docentes, investigativas y de extensión, a la Corporación Penca de Sábila desde el desarrollo social alternativo y a las diferentes organizaciones campesinas del territorio.
El conversatorio tuvo como fin dialogar sobre los objetivos y los retos que la Alianza ha tenido a lo largo de sus tres años de conformación. Como lo menciona Héctor Lugo Agudelo, Coordinador del programa de Gestión Social y Ambiental del Territorio de la Corporación Penca de Sábila, “parte de los esfuerzos de esta alianza es resignificar la capacidad y la facilidad con que las instituciones vinculadas hemos logrado elaborar herramientas que ayudan a las comunidades campesinas a construir su propio territorio”.
La idea de construir desde las mismas comunidades aparece como uno de los enfoques principales de la Alianza, debido a que buscamos apoyar la incidencia política de las comunidades campesinas en sus territorios, porque más allá de construir instrumentos de participación, queremos potenciar la apropiación activa de los hombres y las mujeres del campo que están buscando una salida a las pocas oportunidades que les brinda la administración municipal.
Según Helena Pérez, docente de la Universidad de San Buenaventura, “la idea inicial, cuando empezamos a convocar a las universidades y las personas que dentro de ellas fortalecen y trabajan el tema de la ruralidad desde el enfoque de la incidencia, la participación y la construcción de las comunidades de su propio territorio, era precisamente coincidir con ese criterio para conformar un equipo que se preocupara por pensar una ciudad que pese a estar diseñada para lo urbano, es mayoritariamente rural”.
Revindicamos la importancia de la implementación del Distrito Rural Campesino (DRC) para seguir construyendo garantías de permanencia digna en los territorios y por ello, tambien, pretendemos darle continuidad a la creación de alternativas educativas para el empoderamiento de las comunidades como el diplomado Construcción Social del Territorio y el diplomado Participación y Apropiación Territorial con la Juventud Rural Campesina. Proyectamos la creación de la Escuela de Pensamientos Campesinos que, si bien aún no está en marcha, creemos que es una opción que debemos explorar para asegurar la conservación de la historia y el patrimonio de las personas del campo.
Desde la Alianza promovemos la democracia, la diversidad sexual y de género, la justicia social, la protección y defensa de los bienes comunes. Procuramos edificar y perpetuar el apoyo solidario entre las organizaciones campesinas y brindarles soluciones jurídicas que vayan más allá de la formulación para que se puedan implementar en el día a día de la realidad rural.
Este conversatorio fue el primero que realiza la Alianza con el fin de visibilizar y resignificar aquellos procesos sociales organizativos que se están llevando a cabo en la ruralidad del Valle de Aburrá, es por eso los próximos encuentros están programados cada miércoles a las 5 p. m. en la página de Facebook del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia.
Encuentre aquí la transmisión del conversatorio: ‘Alianza por la defensa del territorio y la vida campesina del Valle de Aburrá’
El pasado 1 de marzo se realizó el primer encuentro del año de ¡Conversemos! ¿Para qué un Distrito Rural Campesino?, un escenario que viene posicionándose en la ciudad y que ha generado la discusión sobre la importancia de construir participativamente el Distrito Rural Campesino, como nueva figura en el ordenamiento territorial que defiende la vida campesina en Medellín.
Como de costumbre, el auditorio de Confiar de la Av. 1 de Mayo, fue el espacio donde organizaciones campesinas del Valle de Aburrá, campesinas y campesinos independientes y diferentes actores sociales entre los cuales se encuentran universidades públicas y privadas, se reunieron para conocer cómo va el proceso de implementación del DRCampesino en la actualidad, y sobretodo, sus retos, perspectivas y procesos organizativos que se han vinculado al desarrollo del mismo.
El ¡Conversemos! ha permitido situar la reflexión sobre la construcción de la ciudad y sus habitantes, reconociendo sus derechos y sus posibilidades para una vida digna. Además, su enfoque territorial ha facilitado la reflexión sobre el contexto nacional alrededor de lo que significa el conflicto armado, político y social y sus relaciones con la tenencia de la tierra en Colombia. Adicionalmente, ubicar el lugar del campesinado en las construcciones culturales y como una apuesta económica alternativa en relación con los problemas estructurales del país.
Para esta ocasión, la ingeniera ambiental Helena Pérez -profesora vinculada de la Universidad San Buenaventura- presentó, a partir de la cartografía que se ha ido elaborando sobre los territorios del DRCampesino, los alcances y limitaciones que tiene la implementación del mismo. Posteriormente, explicó que en el P.O.T. (Acuerdo municipal 048 de 2014) el DRCampesino está ubicado en un segundo nivel de planeación lo que indica, entre otras cosas, que está condicionado a normativas de mayor jerarquía, tales como: los macroproyectos tanto nacionales como departamentales y los determinantes ambientales para la conservación, protección y usos del suelo.
Las reflexiones realizadas por Helena Pérez provocaron el debate entre las personas asistentes, quienes manifestaron las preocupaciones latentes ante la desaparición e invisibilización del campesinado en la ciudad; sin embargo, se identificaron algunas posibilidades para la defensa de la propuesta campesina desde la figura en mención. En últimas, la propuesta más sobresaliente fue la necesidad de construir de manera participativa las posibilidades para la implementación del DRCampesino.
Después, se presentaron dos escenarios que han venido trabajando para incidir en la construcción del DRCampesino. Por un lado, el Comité de impulso de la Asamblea Campesina del Valle de Aburrá, fue expuesto por Claudia Mesa, líder del corregimiento de Altavista, quien hizo un recuento de las actividades y acciones desarrolladas durante el último año, definiendo la formación y la incidencia por la defensa de la economía, la cultura y la vida campesina como el fundamento de su quehacer. Claudia finalizó su intervención comentando la agenda construida para el 2017, una agenda que busca promocionar y posicionar el DRCampesino en la ciudad como una oportunidad para preservar y asegurar la continuidad de las comunidades campesinas en los corregimientos de Medellín.
De otro lado, la Alianza de Universidades fue socializada por los profesores Manuel Henao de Trabajo Social de la Universidad de Antioquia y Rafael Rueda de la Escuela de Hábitat de la Universidad Nacional sede Medellín. Inicialmente, se retoma la intervención de Helena Pérez y las personas asistentes para enunciar las problemáticas que han motivado el trabajo conjunto entre las universidades, como la invisibilización desde la institucionalidad para perpetuar la exclusión de la población campesina, y la falta de garantías para los y las campesinas que terminan por dejar sus tierras. En la actualidad, la ciudad de Medellín está conformada por más población urbana que rural; en el caso nacional, el 74% está en la urbe, cuestión que se agudiza por el desplazamiento de las zonas rurales. Posteriormente, los profesores presentaron las universidades partícipes de la Alianza -Universidad San Buenaventura, el Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Antioquia, el Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia, la Universidad Javeriana de Cali y la Corporación Penca de Sábila- y se contaron algunos detalles del trabajo adelantado, como lo es la constitución de tres ejes para el desarrollo de las acciones dentro de la Alianza: jurídico-político, participación y construcción social del territorio y técnico.
Este momento fue importante para conocer los distintos esfuerzos que hoy se piensan y construyen el DRCampesino de Medellín en favor de la vida campesina.
Finalmente, las intervenciones reflejaron propuesta campesina, como el caso de La Chiva por el DRCampesino, una iniciativa de Don Rodrigo que ha permitido movilizar la figura de ordenamiento y potenciando las trayectorias que se fortalecen desde estos espacios y desde las cuales seguimos caminando, reconociendo la necesidad de los vínculos territoriales que promuevan y defiendan un modo de vida alternativo en los territorios de Medellín.