Considerar los retos que existen en Medellín para el desarrollo de los corregimientos parte de la integración real y eficaz de los mismos a las acciones interinstitucionales. Las apuestas por disminuir de forma efectiva la brecha entre el campo y la ciudad pasa por la garantía de los derechos campesinos, de la naturaleza y las mujeres.
Estuvimos conversando sobre estos desafíos en un evento organizado por Comfenalco Antioquia, en compañía de la gerencia de corregimientos de Medellín, Efrén Álvarez, edil del corregimiento de San Antonio de Prado, la Mesa Intercorregimental de Medellín y la Asociación Campesina Campo Vivo de San Sebastián de Palmitas.
Si bien los retos de la dinámica urbano rural de la ciudad son estructurales, hay compromisos desde la administración municipal que deben ser garantizados en su cumplimiento. Desde la Corporación tenemos un ámbito de comprensión de los corregimientos, en los que se desarrollan 3 sistemas: el urbano, el rural/campesino y el de conservación. Esto fue lo que explicó Hector Manuel Lugo, coordinador del programa de Gestión social y ambiental del territorio:
En el sistema urbano, la brecha se ha promovido por la expansión urbana, la falta de equipamientos en salud, educación, entre otras, a causa del urbanismo descontrolado que ha llevado a una crisis ante la cual, la administración no ha hecho nada. Sigue existiendo una inequidad territorial, en la que se exige que los impuestos prediales rurales sean pagados con lógicas urbanas. En el sistema rural campesino se destacó la pérdida acelerada de los predios campesinos, las relaciones socioculturales y la presión al cambio de vocación del suelo agrícola.
En esta línea, en el sistema de Conservación, se llamó la atención sobre las 15.800 hectáreas que son territorio de conservación, actualmente entregadas a la potrerización sin uso y la inexistencia de una política pública reguladora. De esta manera, las tierras que le compran a las comunidades para conservación, generan problemáticas para las y los campesinos. Todo lo anterior se recoge además en la falta de visibilización de la importancia de la ruralidad en el presupuesto de la ciudad.
Al respecto, Efrén Álvarez, resaltó dos problemáticas actuales, consistentes en las dinámicas de ruralización de lo urbano y la urbanización de lo rural, que hace necesaria una política de desarrollo territorial integral en Medellín.
Beatriz Elena Álvarez, campesina de la Mesa Intercorregimental destacó las problemáticas de la ruralidad campesina de la ciudad. El derecho al agua y los acueductos comunitarios siguen estando amenazados por la privatización, la asistencia técnica agropecuaria está fallando en el acompañamiento a campesinas y campesinos, la producción y comercialización de los productos campesinos se ve afectada porque la gerencia de corregimientos no tiene la información frente a las necesidades de las y los productores y los Mercados Campesinos no surten la necesidad de comercialización. Además, la participación campesina se ha impactado negativamente, profundizándose con el covid y las medidas de distanciamiento físico. La conectividad sigue siendo otro punto clave y la brecha digital una realidad.
Tanto Beatriz como Rodrigo Arboleda de la asociación Campo Vivo, insistieron en la negligencia que hay de la administración municipal con el Distrito Rural Campesino. Se ha ignorado el proceso de 5 años que ha representado para las comunidades y organizaciones campesinas y que contiene las bases estratégicas para la dignificación de las comunidades campesinas.
Finalmente, además de lo anterior, Medellín no sabe cuál es la población campesina o habitante de los corregimientos que tiene. Es sabido que la población que no se cuenta, no existe, lo que implica una vulneración al derecho a la información, consagrado por la ONU. Se necesita que el municipio y Planeación, avancen en la zonificación y el desarrollo de Unidades de Gestión Territorial, en inversiones con justicia social y de género en bienestar económico, social y ambiental. Ante los acuerdos público privados que desarrollan desde la administración, insistimos en acuerdos público comunitarios para el bienestar común
Accede al conversatorio completo en:
El grupo impulsor del proyecto Casa de las Mujeres en articulación con la Red Corregimental de Mujeres, el Colectivo de Mujeres de San Cristóbal y diferentes expresiones organizativas del Corregimiento de San Cristóbal, concertaron el proyecto Casa de las Mujeres y lo llevaron a pre-jornadas de vida desde la Vicealcaldía de Salud, Inclusión Social y Familia, escenario en el cual fue seleccionado con 91 votos para ser presentado en Jornadas de Vida el sábado 2 de noviembre de 2013.
El proyecto Casa de las Mujeres, contenido en el Plan de Desarrollo Corregimental 2006-2016, se pensó como una apuesta de las mujeres y para las mujeres desde el año 2010. La Casa de las Mujeres se concibió como un espacio exclusivo para las mujeres, desde el cual se lograra aportar a la formación y educación, a la participación política, a la autonomía económica, a la promoción de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres, y la prevención de las violencias contra las mujeres.
La capacidad argumentativa ganada por las mujeres, mediante el proceso de formación y acompañamiento permitió llevar esta propuesta a las Jornadas de Vida del corregimiento, ubicándola como propuesta pionera presentada en este escenario de la ciudad de Medellín, dada su especificidad poblacional con las mujeres y su enfoque de género pues en esencia promueve la superación de las desigualdades entre hombres y mujeres.
Si bien la propuesta de las mujeres no fue la elegida por la comunidad, su participación en este espacio se presenta como una ganancia para las mujeres, en tanto se avanzó en la capacidad organizativa, de convocatoria y de agenciamiento de propuestas pensadas y soñadas desde la mujeres, como también en el hecho de introducir en el debate público y corregimental la necesidad de las mujeres de contar con un espacio propio con enfoque de género. Así mismo, fueron múltiples las reflexiones generadas a partir de este proceso en torno a las limitaciones e implicaciones del ejercicio político de las mujeres en todos los niveles.
En tal sentido, es importante hacer mención de la violencia institucional ejercida por parte de algunos funcionarios y funcionarias públicos delegados por la Vicealcaldía de Salud, Inclusión Social y Familia para las pre-jornadas, evidenciada en el trato diferenciado tanto al proyecto de las mujeres como a quienes lo lideraron, y en la ubicación arbitraria y no deliberada al dejarlo de último para ser presentado y votado en las Jornadas de Vida. De esta manera, se expresan los obstáculos que siguen encontrando las mujeres en sus ejercicios de participación política, la falta de garantías para participar en igualdad de condiciones y las dificultades para conseguir el éxito de sus propuestas; esas barreras que se agencian desde las instituciones buscan invisibilizar e incluso subvalorar las acciones emprendidas por las mujeres, aun cuando son valiosas, tienen mayor sustento y son el resultado de procesos colectivos.
Este ejercicio nos pone como reto, darle continuidad a procesos organizativos y de participación social y política en el nivel corregimental y de ciudad, a modo de garantizar la inclusión de acciones afirmativas para las mujeres, orientadas a erradicar la discriminación, la exclusión y las violencias. Las mujeres organizadas continuarán agenciando procesos de incidencia política y exigibilidad de sus derechos en escenarios públicos de toma de decisiones.