Pronunciamiento 3ª Asamblea Campesina del norte del Valle de Aburrá

agosto 17, 2022

Una vez más nos convidamos para este encuentro y celebración de un tejido colectivo que moviliza la justicia de género, la defensa de los bienes comunes, del agua y los territorios rurales y campesinos. En esta 3ra versión de Asamblea Campesina nos convocamos organizaciones sociales, comunitarias y campesinas, asociaciones productivas, red intermunicipal de mujeres, mesas ambientales, acueductos comunitarios, redes juveniles, organizaciones de mujeres, para nutrir con sentido de realidad la palabra que camina y se convierte en un llamado general para el norte del Valle de Aburrá.

Rechazamos las situaciones de violencias físicas, psicológicas, sexuales, políticas, económicas, institucionales y patrimoniales que se materializan en la vida, el cuerpo y los espacios de participación política de las mujeres y las disidencias sexuales que las ubica en una posición de desigualdad histórica. Denunciamos los feminicidios y la explotación sexual que acontecen en los municipios del norte del Valle de Aburrá.

Rechazamos el abandono institucional de la economía y vida campesina; la pérdida de mercado y capacidad productiva de alimentos; la falta de políticas claras en los usos del suelo y la distribución de la tierra; las altas cargas tributarias que el Estado impone; la corrupción en el manejo de los recursos
públicos; los proyectos que atentan contra la pérdida de la identidad y modos de vida campesina; los espacios de consulta y participación descontextualizados, poco pedagógicos y excluyentes; la falta de control sobre la presencia de actores armados y la violencia en los territorios.

La contaminación y la escasez del agua, la pérdida de los bienes comunes, la contaminación del aire, la pérdida del suelo y de la biodiversidad son consecuencias directas de la expansión urbana, la densificación rural, la irresponsabilidad de la industria, los procesos extractivos y la irregularidad en la aprobación de licencias ambientales y de construcción.

Estas situaciones asfixian y ahogan cada vez más nuestros territorios rurales y campesinos. Resaltamos la importancia de los procesos y espacios colectivos de las comunidades que ayudan al despertar de la conciencia en las nuevas generaciones. La apropiación social del territorio y el intercambio generacional deben permitir que el campo no se quede solo, sin vida campesina, sin el custodio de semillas, y sin protección al patrimonio ambiental.

Exigimos, exigimos, exigimos

  • Rutas de atención adecuadas a las violencias basadas en género; acceso a la tierra, formalización y titularidad compartida para mujeres; fortalecimiento de la asociación campesina e incentivos especiales para las propuestas asociativas de mujeres que están trabajando en procesos productivos y agroecológicos.
  • La implementación de los acuerdos de paz en el Valle de Aburrá, especialmente el punto de reforma rural integral.
  • Formación y participación comunitaria, amplia, transparente y bien informada para la elaboración y
    actualización participativa de planes básicos y planes de ordenamiento territorial, y adopción de figuras de gestión y de ordenamiento territorial que protejan los territorios y la comunidad campesina.
  • Fortalecimiento y disponibilidad de recursos e incentivos para la organización.
  • Control de los procesos de densificación desordenada en la ruralidad.
  • Condiciones para la participación en espacios de poder y toma de decisiones, presupuesto participativo, rendición de cuentas y fortalecimiento a las veedurías comunitarias.
  • Respaldo institucional a los procesos de asociación, producción y comercialización campesina; el reconocimiento de sus aportes a la protección de los bienes comunes, a la producción de alimentos y a la protección de las semillas nativas.
  • Mejores condiciones de infraestructura, movilidad y mejoramiento de las vías terciarias veredales.
  • Garantías para la permanencia de la juventud en el campo; educación pertinente, gratuita y contextualizada acorde con la realidad del campo; garantía de derechos para las niñas y los niños campesinos.
  • Políticas de protección ambiental, equidad y justicia territorial; mecanismos de reducción de impuestos e incentivos por el cuidado ambiental; protección y acompañamiento a la gestión comunitaria del agua y de los bienes comunes, los acueductos comunitarios y la defensa del río Aburrá.

Esta Asamblea tiene como propósito fortalecer el vínculo con las organizaciones y procesos comunitarios campesinos, y para esto nos proponemos:

  • El impulso a la movilización y el fortalecimiento a la organización social campesina a través de las mesas campesinas, asociaciones de mujeres, el Comité de Impulso de la Asamblea Campesina, juntas de acción comunal, colectivos ambientales y diferentes actores territoriales.
  • El fortalecimiento de la red intermunicipal de mujeres del norte del Valle de Aburrá.
  • La articulación organizativa, de saberes y acciones para la formación e incidencia política en el territorio municipal y regional.
  • Establecer y hacer seguimiento a los mecanismos de participación ciudadana.
  • Promover figuras de ordenamiento y gestión territorial como las Políticas Públicas y el Distrito Rural
    Campesino que propendan por la defensa del territorio, la economía, la vida campesina y los bienes comunes.
  • Concertar una agenda programática propositiva en los municipios del norte del Valle de Aburrá que fortalezca la Asamblea Campesina y el cumplimiento de las Políticas Públicas.
  • Impulsar procesos comunitarios de economía alternativa para la defensa del territorio: de producción agroecológica, predios experimentales de referencia, asociación, comercialización y consumo de alimentos.
  • Promover el turismo ecológico y comunitario con enfoque de sostenibilidad y conservación de los bienes comunes.
  • La permanencia de la Asamblea Campesina como escenario de interlocución de la comunidades rurales y campesinas.

Hoy, más de 180 personas reunidas en la 3° Asamblea Campesina del norte del Valle de Aburrá estamos llamadas a resistir, persistir y a no desfallecer ante la dictadura de los modelos económicos neoliberales e imposiciones de los gobiernos que desconocen los procesos de las comunidades; y a continuar con la
permanencia y el arraigo en nuestros territorios.

Hoy con la esperanza de una vida sabrosa, del cambio y la transformación que ofrece este nuevo gobierno, aprobamos esta declaratoria como compromiso para la construcción colectiva y el impulso a la paz territorial, el bienestar de hombres y mujeres, y la dignidad campesina.


¡Viva la Asamblea Campesina!
Sábado, 30 de julio de 2022

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