Durante el 2014, en el proceso de Revisión y Ajuste del Plan de Ordenamiento Territorial -POT- de Medellín, la Corporación junto a las organizaciones campesinas de los corregimientos presentaron una propuesta hacia la inclusión y protección de la vida y la economía campesina del Municipio: Unidades de Planeación Rural Campesinas (UPRCampesinas), Área para la Producción Agrícola (APA) y Macroproyecto “Medellín Campesino” . Gracias a la movilización campesina y a la participación activa en los diferentes espacios de deliberación del POT, se aprueba sin precedentes la figura de Distrito Rural Campesino, es decir, la disposición de áreas estratégicas destinadas específicamente para la propuesta campesina.

Ahora sigue la reglamentación, momento esencial en el que se tomarán decisiones clave al respecto. Por esto es importante continuar con el seguimiento ciudadano a este proceso para garantizar su desarrollo según los ideales de la propuesta.

Compartimos la respuesta por parte de la Subdirección de Ordenamiento Territorial y Estratégica de Ciudad a la propuesta enviada. En esta carta se detallan los puntos incluidos referidos a la protección de la vida campesina.

Respuesta a Propuesta UPRCampesinas, Area para la Producción Agrícola y Macro Proyecto Medellin Campesino by Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila

Documento entregado a la Alcaldía de Medellín en el marco de la revisión y ajuste del Plan de Ordenamiento Territorial -POT-. Octubre de 2014.

Las UPRCampesinas para el Municipio de Medellín

La propuesta es la creación de Unidades de Planeación Rural Campesinas (UPRCampesinas) para los 5 corregimientos del municipio de Medellín, que desarrollen el Área de Producción Agrícola, APA (Item 2 del Artículo 4° del Decreto 3600 de 2007), donde se reúnen las zonas que expresan para Medellín y la región realidades geográficas, regionales, humanas, de hábitats y económicas, construidas social e históricamente por la comunidad campesina a partir de su relación singular con la tierra y la implementación de sus actividades agroalimentarias.

Son unidades de planeación para dar especial protección a su patrimonio, los derechos y la actividad económica según lo disponen los artículos 60, 64 y 66 de la Constitución Nacional, y se constituyen en unidades especiales para señalar con claridad “las condiciones de protección, conservación y mejoramiento de las zonas de producción agropecuaria” tal como lo dispone el ítem 2 del artículo 14 de la Ley 388 de 1997 y que permiten dirimir los conflictos de uso del suelo por la sobreposición en su territorio de la estructura ecológica principal y el DMI, sin detrimento de la economía campesina y de estos mandatos nacionales. Las UPRCampesinas legitiman “el campo” del municipio de Medellín como un bien jurídico especialmente protegido en el ordenamiento territorial y son integradas a la región rural – campesina del Valle de Aburrá.

Por: Programa de Gestión Social y Ambiental del Territorio. Corporación Penca de Sábila.

En las horas de la noche del 27 de octubre de 2014 el Concejo de Medellín aprobó el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) con una vigencia de 12 a 14 años. Esta aprobación dio lugar a las protestas y movilizaciones de la ciudadanía por el inconformismo con este POT, debido a que hay varios temas cruciales que no se han resuelto de manera satisfactoria.
Entre estos temas están la ordenación del suelo rural y la inclusión de la población campesina de manera transversal y estructural en el POT.

Gracias a las múltiples movilizaciones, pronunciamientos e intervenciones que hizo la comunidad campesina para exigir su reconocimiento y una especial protección de sus territorios, veredas y fincas campesinas, se logró incidir en el proyecto de acuerdo del POT.

La exigencia de la comunidad por una especial protección de la ruralidad campesina se expresó con claridad en los diferentes espacios de participación como en las sesiones del Consejo Territorial de Planeación, las sesiones territoriales del Concejo Municipal, el Cabildo abierto y la audiencia pública. La comunidad propuso diferentes figuras para proteger la economía y la permanencia de los y las campesinas en los corregimientos. En San Cristóbal, una reserva de la sociedad civil y un distrito rural agrario; en San Antonio de Prado la figura de suelo de reserva comunitaria para producción agrícola y pecuaria; en Altavista, una zona de reserva campesina; y en San Sebastián de Palmitas, la protección y el fortalecimiento de la economía y producción campesina del corregimiento.

En general la comunidad planteó que fueran incluidos sus derechos, sus identidades, sus necesidades y sus propuestas agroalimentarias:

“Somos campesinos y campesinas y nuestro territorio es un derecho fundamental para quienes lo habitamos pues tenemos la misión de producir los alimentos para el abastecimiento de esta sociedad, de la humanidad y los encargados de la conservación de nuestras aguas, bosques y especies nativas” (Pronunciamiento público campesino, 13 de junio 2014).

“Son 12 años cumplidos del actual POT y no queremos que la historia se repita: Que nos expropien las tierras y nuestras fincas campesinas con la supuesta intención del interés general y la protección ambiental”

“Nos hemos convertido en paisaje y nos han tratado como vendedores y vendedoras ambulantes de empanadas y artesanías, somos espectadores ante la horda de turistas que pasan por nuestros lados sin dejar un céntimo de beneficio a nuestra economía, solo las empresas privadas se lucran de lo que tienen nuestras tierras” (Pronunciamiento público campesino, 30 de noviembre 2013).

Estas exigencias no podían ser ignoradas y el Departamento de Planeación incorporó en la última versión del POT los Distritos Rurales Campesinos para los corregimientos de Medellín. Los Distritos Rurales Campesinos corresponden a las “áreas de producción, planificación y gestión del suelo rural, que permite encaminar y orientar acciones para garantizar la permanencia de las actividades productivas, socioeconómicas y culturales de los campesinos el cual podrá ser formulado por iniciativa comunitaria o de la administración municipal”1. Según el POT estos tienen como objetivo planificar, gestionar y promover las economías campesinas y sociales, a escala veredal y corregimental, con una visión regional, que permitan el reconocimiento y el fortalecimiento de la producción agroalimentaria.

La incorporación de los Distritos rurales campesinos es un avance en el reconocimiento de la vida y economía campesina en el municipio de Medellín, pero quedan dudas sobre el proceso de reglamentación que se define en los próximos 6 a 12 meses y por supuesto sobre la fase de implementación. En este proceso se debe garantizar la plena participación de la comunidad campesina con mecanismos de participación amplios y bien informados. Se requiere un proceso de participación que vaya más allá de la socialización y la información a una participación con incidencia, de consulta previa y espacios para la afirmación de propuestas por parte de la comunidad.

Por ahora Planeación y el Concejo de la Ciudad reconocen que lo campesino es parte de la ruralidad y que comparte un espacio de alta significación con lo suburbano y la Estructura Ecológica Principal. Pero todavía falta dirimir tensiones y conflictos, por ejemplo la tensión entre la conservación sin gente y la exigencia que ha hecho la comunidad campesina de ser integrada en los programas de conservación y de protección de las fuentes de agua.

La comunidad desconoce cómo han sido incluidas sus propuestas, es más desconfía de si en el proceso de negociación de la ciudad quedaron recursos suficientes para darle forma y fortaleza a los Distritos Rurales Campesinos. La mayoría de los recursos, de la riqueza que produce el suelo urbano y rural, se destinaron para el Río Centro, Río Sur, el Parque del Río, el Cinturón verde y la transformación del Centro, y la comunidad se pregunta si algo quedará para el manejo integral de barrios y la tierra campesina.

Esta preocupación se justifica porque el proceso participativo del POT fue deficiente en las fases de consulta, revisión y formulación. Este proceso mostró deficiencias en el acceso a la información, debido a que no fue de pleno conocimiento de la población la versión final para su aprobación. La versión final del POT, la que se erradicó ante el Concejo municipal no fue socializada a la comunidad y el CTP (Consejo Territorial de Planeación) emitió su concepto sobre la versión 4 que no es la versión final (Concepto CTP, 2014, p.4). De esta manera, con información incompleta, se ha restringido la participación de la comunidad y su efectiva inclusión en el POT. Además la comunidad en general desconoce el documento final del proyecto de acuerdo lo que pone en duda su legitimidad.

Una cantidad de temas sensibles como el estudio de los riesgos, las densidades habitacionales en suelo rural, el cobro de plusvalías, los operadores urbanos, quedaron pendientes de una reglamentación posterior a la aprobación del 27 de octubre. La democracia está en los detalles y parte de estos son las normas, las reglamentaciones, ellas fijarán las condiciones para la implementación. En este sentido quedan muchas inquietudes sobre la reglamentación e implementación del POT que es ahí donde realmente se define la capacidad de lograr un equilibrio territorial y una mayor equidad y justicia social. En estos momentos no hay claridad sobre los mecanismos que se adoptarán en el POT para garantizar que se involucre a la ciudadanía: a la comunidad campesina, a mujeres y hombres, a la juventud, a la población en situación de discapacidad, al barrio etc., en la reglamentación y en su posterior implementación, y cómo se garantizará que esta ciudadanía implicada ejerza el seguimiento, el control y participe tanto como en las decisiones como en su implementación.

Este nuevo POT muestra avances en la regulación del suelo rural y establece figuras de planificación como las Unidades de Planificación Rural y el Distrito Rural Campesino, que brindan la posibilidad de una mayor y mejor articulación de dinámicas y deficiencias en el desarrollo rural, pero sin una ruta clara para la participación de la comunidad campesina y un reconocimiento del territorio históricamente construido, quedan muchas dudas sobre la capacidad y voluntad de la actual administración municipal para reglamentar junto con la comunidad los Distritos Rurales Campesinos enunciados en este nuevo POT.

[1] Acuerdo 268 (2014), Pliego de modificaciones, cuarta parte, p.1539.
 

Participación Cabildo Abierto Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín
Agosto 24 de 2014.

Los mts2 del Municipio de Medellín, de nuestra ciudad, son para toda la vida; toda la vida de ahora y toda la vida futura, y esa vida es y será con dignidad y bienestar. Son para el buen vivir de mujeres y hombres, de la comunidad campesina, de niñas y niños, todas las poblaciones y todas las edades. Para toda la naturaleza y fortalecer las relaciones ecológicas de la humanidad con la totalidad del planeta tierra. Estos Mts2 construidos son para hacer sociedad, más humanidad.

Por esta razón el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) no puede ordenar esos Mts2 en función del mercado, la renta, la especulación financiera y la especulación del valor del suelo urbano y rural, el POT no puede discapacitar a ninguna persona que habita el espacio construido, no puede olvidar en su proyección de 12 años el hábitat que ha sido construido socialmente por las comunidades populares de 180 barrios y por las comunidades de 52 veredas campesinas. El POT no puede excluir…el POT es para las bio-diversidades de Medellín, el Valle de Aburrá y la región.

Dejar este hábitat de Medellín en manos del sistema financiero, de la especulación, del narcotráfico y los actores armados es perder la ciudad y el municipio de Medellín para siempre. Y no lo pierden solo los pobres, es toda la población, todos y todas las habitantes, toda la ciudadanía. El desastre urbanístico de El Poblado, la edificación en altura de cajones alcancía que impulsa CAMACOL, la violación de todas las normas urbanísticas en las zonas de expansión y el precio de la vivienda, así lo demuestran. Más de 800 familias de todos los estratos sociales han perdido su vivienda y su patrimonio por el interés especulativo de CDO y Villegas Moreno, ahora estas familias están a la deriva buscando quien les responda ante semejante atraco a su propiedad privada, a la libertad y a sus esperanzas de vida.

Si esta ciudad, mi ciudad, nuestra ciudad se planifica en el POT como si toda ella fuera un centro comercial, la perdemos como espacio vital, para habitar, la buena vida y hacer sociedad.

Por esta razón en el actual POT deben participar y estar bien informadas todas las comunidades, cada persona de la ciudad, todas las organizaciones sociales y comunitarias, cada gremio económico, los sindicatos, las ONG, las Universidades, en fin todas las poblaciones. El POT es un pacto de ciudad y nada, absolutamente nada, debe quedar en la oscuridad. Las generalidades y los detalles, quiero decir la imagen de ciudad y las reglamentaciones, deben ser claras y expuestas con transparencia antes de aprobar el POT. Como enseña el feminismo la democracia está en los detalles, y como lo han expresado las mujeres, las comunidades campesinas y las organizaciones populares “de este POT no se entiende ni qué es, ni para que será, todo es general y la reglamentación será para un año o 2 años más tarde”.

La clasificación de zonas de alto riesgo, las densidades urbanas y rurales, la tierra con vocación agropecuaria y el hábitat campesino, los instrumentos de gestión del POT, el fondo de cesiones urbanísticas, la reforma de planeación municipal que se requiere, los instrumentos para el seguimiento y control del POT, la reglamentación para el cobro de las plusvalías, todo se dejará para después, y estos pequeños detallitos son los que ordenan el territorio, estructuran la ciudad, la ruralidad y el municipio.

No conocemos el proyecto de ciudad, la información que ha sido entregada por planeación y el gobierno municipal no ha sido clara ni transparente, no sabemos en qué consiste la ciudad compacta y la redensificación hacia el centro, no sabemos cómo esta redensificación evita la pérdida de espacio público, de Mts2 de área verde y como congestionará la ciudad, ¿cómo quedarán los índices que miden las calidades urbanísticas una vez se redensifique la ciudad?, ¿Por qué comprometernos con el “mago proyecto” del jardín circunvalar, el embeleco de este Alcalde por el Cinturón Verde, si mucho más de lo que se propone en el megaproyecto se puede conseguir con Desarrollo Integral de Barrios y Desarrollo Rural Campesino?, ¿si la comunidad campesina desde hace más de 100 años tejen con sus manos un jardín de vida, alimentos y paisaje campesino en los cinco corregimientos?

¿Para quién será el Río Medellín, el proyecto del río?, nunca se nos ha precisado en qué consiste la intervención, la maqueta se nos ha mostrado pero el proyecto integral no se ha entregado, ¿cuánto cuesta este proyecto?, ¿cuánto renta para la ciudad?, ¿con qué dineros participa el municipio de Medellín?, ¿en beneficio de qué sectores sociales se desarrollará el proyecto?, ¿con dineros públicos se desarrollará espacio público, áreas verdes y se dispondrá las vías para el flujo vehicular y la inmobiliaria cobrará la renta que producen los cajones en alturas para vivienda?, ¿otra vez la carga será para los dineros públicos y el beneficio para el interés privado y particular?

¿Con semejante confusión e imprecisión por qué espera el gobierno de turno que aprobemos el nuevo POT, si la última versión, de las 16 hasta ahora entregadas, nadie las conoce?, ¿si el CTP (Consejo Territorial de Planeación) conceptuó sobre una versión que no es la que se discute en el Concejo Municipal?, ¿para qué es este Cabildo Abierto?, ¿qué se consulta?, ¿sobre qué nos manifestamos?

Hector Manuel Lugo.
Corporación Penca de Sábila.

Declaración. Diálogos Cruzando el Campo y la Ciudad en Medellín.

Reflexiones acerca de la propuesta de nuevo Plan de Ordenamiento Territorial para la Ciudad

¡Por el derecho a la ciudad, la defensa de nuestros territorios y la vida digna!

Campesinas y campesinos proponen incentivar la producción agropecuaria y bienestar a sus familias

La comunidad campesina de Medellín se pronuncia ante la propuesta de nuevo POT – Plan De Ordenamiento Territorial en la mesa poblacional del CTP – Concejo Territorial de Planeación

La expansión urbana, especulación inmobiliaria, megaproyectos privados y públicos, grupos armados ilegales y desmesurado impuesto predial. Son solo algunas de las problemáticas a las que se enfrentan a diario, aproximadamente 50.000 campesinas y campesinos de los cinco corregimientos de Medellín. Ante esta y otras situaciones el pasado 13 de junio, en Foro especial para la población campesina de Medellín organizado por el CTP – Concejo Territorial de Planeación, se le exigió mediante un pronunciamiento público al nuevo POT, que, entre otros, se proteja y amplíen los territorios donde vive, habita y produce la comunidad campesina. El POT que deberá entrar en debate en el Concejo de Medellín a mediados del segundo semestre del presente año, es quien tiene la responsabilidad de estudiar y acoger las exigencias de la comunidad y la ciudadanía del municipio o continuar de espaldas al campesinado, su abandono institucional y al desplazamiento de una población que tradicionalmente ha sido marginada y ha perdido su patrimonio por la voracidad de la especulación del suelo y de la inmobiliaria urbana, quedando en su mayoría en precarias y denigrantes condiciones de vida. Lo que históricamente ha conducido a engrosar los cinturones de miseria del municipio en asentamientos subnormales.

“No queremos ser poblaciones y territorios en vía de extinción. Donde la Alcaldía de Medellín nos tiene en total abandono”

Con la firma del pronunciamiento púbico, dirigido al Concejo Territorial de Planeación, al Concejo Municipal, al Departamento Administrativo de Planeación, al señor alcalde Aníbal Gaviria Correa y a la opinión pública se exige “La especial protección de nuestro territorio rural campesino” en el nuevo POT del municipio de Medellín.
En lo siguiente se cita de manera directa el pronunciamiento público entregado por la población campesina:

“El POT de Medellín, que se encuentra actualmente en un proceso de revisión y ajuste, es una importante herramienta para modelar y estructurar el desarrollo territorial. Siendo tres cuartas partes del territorio suelo rural, Medellín es un municipio rural. Es por esto que la comunidad campesina debe incidir en la toma de decisiones sobre el proyecto de futuro de Medellín.

Como lo expresa la Ley 388 de 1997 “el ordenamiento del territorio se debe hacer de manera concertada, por los municipios o distritos y las áreas metropolitanas, en ejercicio de la función pública que les compete en su jurisdicción y para regular la utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de desarrollo económico y en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales”.

La concertación que exige esta ley se debe entender como una inclusión de los intereses, manifestaciones culturales y tradiciones campesinas en las políticas públicas, en la asignación de beneficios económicos y sociales a hombres y mujeres campesinas, en el fortalecimiento de la economía y en la especial protección de las fincas y territorios campesinos. Son más de 50 mil hombres y mujeres campesinas, viviendo en 52 veredas del municipio con una vocación eminentemente agrícola, trabajando y cultivando una gran proporción del suelo rural municipal (aproximadamente el 70% del porcentaje total del territorio municipal), donde se producen alimentos y servicios ambientales para la ciudad y la humanidad. Los campesinos y las campesinas en sus territorios rural campesinos aportan a la soberanía alimentaria que se entiende como “el derecho a una alimentación saludable y culturalmente apropiada, producida mediante métodos ecológicamente racionales y sostenibles, y el derecho a definir sus propios sistemas de alimentación y agricultura” (La Vía Campesina).

El territorio rural campesino actual es más grande de lo que quiere reconocer el propuesto Proyecto de Tomo V del POT. Según el Plan de Desarrollo rural sostenible, elaborado por la Universidad Nacional y contratado por la Alcaldía de Medellín; la extensión total de los corregimientos es de 26.273,32 ha, de estas el 40.90% son de bosque natural fragmentado (6.322,09 ha) y plantación forestal (4.427,77 ha) y el 49.80% (13.107 ha) son de producción agropecuaria. Esto muestra que casi el 50 % de los corregimientos es de dedicación agropecuaria. Según el nuevo POT, en el artículo 59 áreas para el aprovisionamiento de alimentos y en el artículo 23 áreas de protección para la producción, el área de producción agrícola se reduce a 11.455 hectáreas (43.6%), es decir, se reduce por 1652 ha el suelo para la producción de alimentos. Esto significa la pérdida de su territorio rural campesino para aproximadamente 1000 familias campesinas si tuviesen predios de 1.5 ha en promedio.

Es notoria la debilidad del POT en resolver los problemas presentes en el territorio rural del municipio. La debilidad institucional se expresa en una falta de seguimiento y evaluación y el desconocimiento de las necesidades y demandas de la población rural campesina para garantizar las condiciones para una vida digna. Si se compara las necesidades y las propuestas hechas por la comunidad en la revisión del POT en el año 2006 con las necesidades y propuestas presentadas actualmente, se puede detectar que son más o menos las mismas; muestra de que poco ha cambiado para la población rural campesina en los últimos 8 años de vigencia del POT. En las encuestas de calidad de vida que realiza la ciudad de Medellín se muestra una gran brecha entre el suelo rural y el suelo urbano del municipio, siendo el índice en los corregimientos 10 puntos porcentuales por debajo del promedio de las comunas urbanas. Otros indicadores como las condiciones de hábitat, salud, educación y soberanía alimentaria son muy críticos (DAP, 2011).

Los múltiples conflictos en el territorio, la débil inclusión y participación de la comunidad campesina en las políticas públicas y las inadecuadas políticas de desarrollo rural ponen en riesgo la permanencia del territorio, la economía y la vida campesina en el municipio. La expansión urbana incontrolada en el suelo rural, que no atiende el POT, el desconocimiento institucional y la política de conservación sin gente dejan cada vez menos suelo para la producción agropecuaria campesina.

Así vemos en aumento la expropiación de las tierras y fincas campesinas con la supuesta intención del interés general y la protección ambiental. Las tierras se han convertido en grandes extensiones reforestadas con pinos y eucaliptos para la producción de maderas y celulosa para papel que solo producen beneficios para el interés particular y privado que no aporta a la biodiversidad, ni a la comunidad campesina. Así el territorio campesino es convertido en paisaje, con proyectos turísticos que prohíben a los campesinos su actividad agropecuaria y se ven obligados de buscar su sustento en otras actividades económicas como el de vendedores ambulantes de empanadas y artesanías, perdiendo así la cultura y economía campesina.

Como lo expresa la resolución de los derechos campesinos de la ONU, los campesinos tienen derechos a la tierra y al territorio: “… a poseer tierras colectiva e individualmente, para la vivienda y para nuestros cultivos; a labrar nuestra propia tierra, obtener productos agrícolas, criar ganado… recolectar y pescar en nuestros territorios; derecho a trabajar y a disponer de las tierras no productivas de las que dependemos para nuestra subsistencia; derecho a gestionar, conservar y aprovechar los bosques y las áreas de pesca; derecho a la seguridad de la tenencia y a no ser desalojados forzosamente de las tierra y los territorios. Ninguna relocalización puede tener lugar sin el consentimiento libre, previo e informado de los campesinos afectados y el posterior acuerdo de una compensación justa y transparente, y, donde sea posible, con la opción de retornar; derecho a beneficiarnos con la reforma agraria. No se deben permitir los latifundios. La tierra debe cumplir con su función social. Se deben aplicar límites en la propiedad de la tierra cuando éstos sean necesarios con el fin de asegurar un acceso equitativo a las tierras.”

Las campesinas y los campesinos, de los 5 corregimientos, no quieren que en los próximos 12 años se pierda el territorio rural campesino. Se exige una especial protección del territorio rural campesino y su actividad agropecuaria a través de una figura jurídica de protección, según las particularidades y las necesidades de cada territorio, cómo las que están contempladas en la Constitución Política de Colombia.

Los campesinos y las campesinas de los corregimientos somos también ciudadanos y ciudadanas de Medellín por lo tanto tenemos iguales derechos que los habitantes de las zonas urbanas: agua potable, saneamiento básico rural, zonas de deporte y recreación, vías de penetración a las veredas de acuerdo a su territorio, sin que lo anterior signifique el cambio del uso del suelo y el cobro injustificado de altos impuestos.

En este sentido exigimos no solamente áreas para producción agrícola sino también una figura jurídica que le de especial protección a nuestras tierras, porque sólo así se puede garantizar la permanencia de la vida y la economía campesina en el municipio de Medellín.

Reiteramos así la exigencia de la especial protección al territorio campesino para:
1. No ser poblaciones y territorios en vía de extinción.
2. No seguir siendo desconocidos, invisibilizados ante la construcción colectiva de territorio y ciudad.
3. Defender nuestras fuentes de ingresos que dependen de la economía y producción agropecuaria.
4. Proteger nuestra cultura campesina.
5. Seguir siendo proveedores de bienes y servicios, y que se nos reconozca las cargas y beneficios ambientales.
6. Preservar la sociedad campesina.
7. Disminuir los cordones de miseria ya que muchos campesinos venden su finca, en muchas ocasiones bajo presión, y se van a vivir a las periferias de la ciudad.
8. Evitar la venta de la tierra y disminuir el cambio en la vocación y otros usos de los suelos en los territorios.
9. Conservar los bancos de semillas y seguir siendo custodios y custodias de las mismas, para promover la autonomía, la soberanía alimentaria y proteger la biodiversidad, la fauna y flora nativa.
10. Que se nos respeten nuestros derechos como población campesina.
11. Como organizaciones campesinas, poder seguir apostándole a formas de producciones agroecológicas con autonomía para producir con acceso a créditos blandos, a subsidios a producciones campesinas, seguros por pérdidas de cosechas y acceso a la comercialización directa y estar dispuestas a compartir experiencias y saberes.
12. Evitar que la gente de la zona urbana se siga ubicando en las zonas rurales y no seguir siendo territorio para la expansión urbana.
13. Visibilizar la situación de la población campesina ante los altos costos de los impuestos prediales, ya que muchos campesinos y campesinas tienen que vender su tierra para pagar deudas de predial.
14. Exigir el reconocimiento de los beneficios tributarios para los predios con producción agropecuarios.
15. Que no se siga afectando la economía campesina por la falta de garantías en los mercados.
16. Que no se expropien nuestros territorios y que el municipio de Medellín apoya la legalización y titularización gratuita de predios de familias campesinas productoras.
17. Acceso a proyectos de vivienda nueva rural campesina y a subsidios que tiene el municipio de Medellín para la reubicación, reasentamiento y dotación de aquella comunidad campesina que carece de ella.
18. No seguir siendo desconocidos y desinformados ante la formulación de proyectos que se quieran implementar en los corregimientos.
19. Que no se nos impongan a la fuerza todo tipo de megaproyectos sin habernos hecho consulta previa, libre e informada.
20. En los territorios declarados como reservas naturales y de conservación permitir la permanencia de los campesinos, con producción agrícola y territorios patrimoniales.

Somos campesinos y campesinas y nuestro territorio es un derecho fundamental para quienes lo habitamos, pues tenemos la misión de producir los alimentos para el abastecimiento de esta sociedad, de la humanidad y los encargados de la conservación de nuestras aguas, bosques y especies nativas.
Que permanezcan las tierras y territorios, la economía y la vida campesina”
Mayor información:
284 68 68, 311 770 82 18
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Programa de gestión social y ambiental del territorio
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