La reactivación económica en Colombia se relaciona con la profundización de las dinámicas extractivistas como la única posibilidad de enfrentar la crisis. Desde el Congreso de la República se han hecho intentos para dar vía libre a proyectos de extracción de hidrocarburos de forma no convencional -fracking-, mientras tanto, las comunidades han realizado movilizaciones, las organizaciones integrantes de la Alianza Colombia libre de fracking hemos apoyado y promovido las campañas de los últimos días en rechazo a estas acciones que, en medio de la cuarentena y las medidas de distanciamiento físico, pretenden aprobar y beneficiar a las empresas nacionales y multinacionales promotoras del fracking en el país.
Las consecuencias de ello, serían, entre otras, un agudizamiento de la crisis climática y sus efectos, contaminación y perdida de cuerpos de agua y ecosistemas que benefician y posibilitan la vida de seres vivos, comunidades étnicas y campesinas.
Ante esto, desde la Alianza Colombia Libre de Fracking se hizo entrega el pasado 10 de agosto al Congreso de la Republica del proyecto de ley: “Por medio del cual se prohíbe en el territorio nacional la exploración y explotación de los Yacimientos No Convencionales (YNC) de hidrocarburos y se dictan otras disposiciones”, iniciativa entregada en compañía de 36 congresistas con el fin de lograr la prohibición de esta devastadora práctica y que además propone elementos fundamentales para una transición energética, urgente y necesaria.
“Las problemáticas socioambientales que esta ley busca prevenir incluyen la disminución de los riesgos de salud y seguridad en el trabajo que esta tarea suponen y las amenazas a la agricultura, a la calidad del suelo y al sistema climático que afectan de manera directa al campesinado y por consecuente a la sociedad en su totalidad “
La discusión para la aprobación o no del fracking en Colombia se encuentra vigente en el Congreso, pues el pasado 2 de septiembre con el apoyo de 39 congresistas se hundió la ley de regalías para los Yacimientos No Convencionales, que pretendía, a través de impuestos al fracking, legalizar esta práctica. Estos logros han sido el fruto de las movilizaciones sociales y digitales, de las campañas a nivel nacional para prohibirlo y del ejercicio pedagógico e informativo que se ha realizado.
La profundización de la mirada mercantilista de la naturaleza y de sus bienes comunes como objetivo del proceso de reactivación económica, ha desencadenado la flexibilización de la normativa ambiental, con el fin de aprovechar la crisis para debilitar los mecanismos que hoy existen para su regulación. Contrario a esta lógica, insistimos en la autogestión, la organización y la participación comunitaria, e instamos a la movilización social, la incidencia en los procesos de gestión social y ambiental de los territorios por la defensa de los bienes comunes.
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El planeta tierra está inmerso en una crisis ecológica, climática y de civilización que exige plantear alternativas y formas distintas de relacionarnos con la naturaleza. En Colombia nos enfrentamos al mismo modelo neoliberal, que además se profundiza con la producción extractivista. En este contexto, han surgido diversas propuestas y formas de organización para la defensa del agua, la vida y los territorios.
La Corporación Penca de Sábila y la Red ambiental y cultural juvenil intercorregimental (Redajic) se suman a la Alianza Colombia libre de fracking. La Alianza está conformada por organizaciones ambientalistas y sindicales, sectores académicos y procesos sociales de defensa del territorio, las cuales, desde diversas acciones jurídicas, investigativas y de movilización social se han articulado para la prohibición del fracking en Colombia.
En compañía de la Alianza se han desarrollado procesos de formación en diversos escenarios de la ciudad de Medellín que buscan propiciar el análisis de esta problemática, al igual que la participación en movilizaciones sociales que pretenden su visibilización. Así mismo, se participó en el IV taller de la Alianza desarrollado en San Martín-Cesar el cual tuvo como objetivo presentar algunos resultados de investigación frente a las emisiones de gases en extracción petrolera convencional, que pone en vilo el derecho al aire, tanto en yacimientos convencionales como no convencionales. En el taller, también se discutieron posibles acciones en búsqueda de la prohibición de estas formas de extracción de energía extrema.
En este sentido, nos unimos, nos pronunciamos y solicitamos que se continúe la moratoria a la técnica de fracturación hidráulica de yacimientos no convencionales de hidrocarburos, más conocida como fracking, en perspectiva de su prohibición, así como la suspensión de los proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos que actualmente utilizan para esta técnica y los proyectos pilotos que se vienen desarrollando. Lo anterior, teniendo en cuenta el riesgo ambiental, social y de salud pública que implica su implementación en el país.