Bio diversidad es permanencia de vida. De la vida en su magnificencia, en su plenitud, en su diversidad. Cuando la sociedad colombiana debiera estar discutiendo asuntos trascendentales de su presente y su futuro como la conservación de la biodiversidad, del agua y los bienes comunes, como la concreción de los acuerdos para una paz sostenible, la discusión discurre por los senderos inhóspitos de la intolerancia, la agresividad y la violencia contra las diversidades, el derecho a la diferencia, las alteridades, las disidencias.
Una discusión contra la vida en democracia, es decir contra la convivencia, la solidaridad y el manejo adecuado de los conflictos promovida por las iglesias y aprovechada por movimientos políticos y personajes que les son afectos y ocupan importantes cargos de los que abusan convocando ilegales acciones contra los acuerdos jurídicos que hoy permiten que podamos afirmar que somos una nación, un país.
En el país de la mega diversidad, en el que la vida fluye a borbotones, paradójicamente, se pavonea la muerte por efecto de múltiples violencias, del enfrentamiento armado, del uso de las armas para despojar de tierras al campesinado y que ha llevado a ser el país del desplazamiento más grande de su población rural y claro también urbana a otra escala y en un continuum de desplazamiento permanente de gentes que ni en la ciudad encuentran el sosiego de un lugar digno para habitar.
Brigitte LG Baptiste define la biodiversidad como “todas las expresiones biológicas en el territorio, todas las expresiones de vida que existen en el territorio. Pueden ser micro organismos, flora, fauna, animales, plantas y su relación con el suelo, el agua y el espacio”. Los seres humanos somos arte parte de la biodiversidad, somos parte de la trama de la vida y no su centro y la no comprensión de esta clara relación nos ha llevado al extravío y la irresponsabilidad. A la intolerancia y la incapacidad de comprender que es la diversidad la manera de co -evolucionar y que así se ha hecho la vida.
Hoy desde una ideología dogmática que quiere hacer pasar por “natural” una sola forma de familia, la discriminación y sumisión de las mujeres y con supuestos argumentos científicos condenar al 10 por ciento de la población a una condición de anormalidad por sus perspectivas u orientaciones sexuales, de placer, gusto y erotismo. Se promueven manifestaciones agresivas, fanáticamente violentas que en rigor se convierten en acciones ilegales que desconocen nuestro ordenamiento jurídico, basta recordar la sentencia de la Corte Constitucional, Sentencia T-268 de 2000, del magistrado ponente Alejandro Martínez Caballero:” (…) la diversidad sexual está claramente protegida por la Constitución, precisamente porque la Carta, sin duda alguna, aspira a ser un marco jurídico en el cual puedan coexistir las más diversas formas de vida humana”. Para no citar otras recientes.
Nosotras como organización ambientalista y feminista soñamos con una sociedad incluyente, democrática, que resuelva sus conflictos de manera BIO_LENTA y no de manera violenta. La naturaleza ha sido víctima de la guerra y la codicia que en parte la explica y la financia. La manera como nuestra población se ha situado en el territorio haciéndose vulnerable a la dinámica de los ecosistemas, se debe también al conflicto armando, al desplazamiento que les ha llevado a habitar orillas de ríos y quebradas, periferias urbanas que las hacen comunidades en riesgo. El extractivismo que se impone con los grandes monocultivos la mega minería contaminante, las grandes vías y represas, han conducido a un poblamiento del territorio que refleja esas deudas de la guerra con la naturaleza, el territorio y los bienes naturales que podrían garantizar la existencia digna si se re direcciona el rumbo de nuestra sociedad hacia una sociedad sustentable y justa.
Imaginamos y con esperanza creemos con Brigitte LG Baptiste que el “fin del conflicto armado significa el principio del conflicto hablado, la búsqueda de nuevos acuerdos para habitar y compartir uno de los territorios más biodiversos y ricos en aguas e historias del planeta, un vividero inigualable si aceptamos aplicar nuestro ingenio al disfrute colectivo y generoso que aún nos ofrece la naturaleza pese a lo mal que la hemos tratado hasta el momento. ¡Apoyemos la firma de esta paz!”