En mayo de 2025 iniciamos la Escuela de Participación Social y Política para Mujeres Rurales y Campesinas en cinco subregiones de Antioquia: suroeste, occidente, oriente, norte y Valle de Aburrá. Buscamos impulsar la participación social y política de las mujeres desde una perspectiva feminista e interseccional, que contribuya a reducir brechas de género, fortalecer su reconocimiento como sujetas políticas y potenciar su incidencia para la garantía de sus derechos.

Este proceso formativo parte del reconocimiento de las realidades y desafíos que enfrentan las mujeres en el contexto rural y campesino para la participación social y política, los módulos y temas propuestos configuran un proceso de entrenamiento político para la transformación subjetiva y la cualificación de capacidades que les permitan reconocer su vocación de poder.

En la Escuela están participando 160 mujeres integrantes de más de 60 organizaciones sociales, muchas de ellas comunales, edilesas, excandidatas a los concejos municipales, concejalas, productoras agroecológicas, rurales y campesina. Todas desde sus lugares de participación e incidencia buscan en este proceso vencer los múltiples obstáculos que limitan y desincentivan la ocupación de cargos de poder. El encuentro entre mujeres lideresas ha sido la posibilidad de intercambiar experiencias y construir alternativas de participación en contextos hostiles y sumamente misóginos.

Para estos procesos construimos una metodología participativa, reflexiva, crítica y problematizadora de la realidad social que permite la reconfiguración de las representaciones sociales, los imaginarios y los mandatos de género, y, de manera particular, promueve la autorización personal y el ejercicio del derecho a la participación política de las mujeres. A nuestra pedagogía feminista articulamos herramientas teórico-conceptuales, jurídicas, metodológicas y políticas que fortalecen el reconocimiento de las mujeres como sujetas políticas y su ejercicio activo de la ciudadanía. Asimismo, buscamos incentivar una participación con conciencia de género y de clase, construir agendas propias por los derechos humanos de las mujeres y aportar a la transformación de las relaciones, los métodos y la cultura política, históricamente atravesada por el patriarcado.

En el mes de marzo de 2025 inició la Escuela de Agroecología para mujeres campesinas y rurales. Se trata de una propuesta de formación teórico práctica de 648 horas para la obtención del título Técnica Laboral como Promotora en Producción Agroecológica.

La Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila a través de su Instituto Educativo, facultado para ofrecer Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano, desarrolla este proceso de formación con el objetivo de fortalecer los conocimientos técnicos y políticos de las mujeres respecto a la producción agroecológica de alimentos y la comercialización justa.

El grupo del Valle del Aburrá está conformado por mujeres productoras de los municipios de Barbosa, Girardota, Copacabana, Medellín y Caldas; el grupo del oriente antioqueño está integrado por mujeres productoras de los municipios de San Luis, San Rafael y Cocorná

La técnica contiene tres módulos y una serie seminarios sobre derechos campesinos, derechos de las mujeres y figuras de protección del territorio rural campesino

Módulo 1. Integración de saberes

Módulo 2. Sistemas de producción

Módulo 3. Participación y organización para la comercialización justa

Reivindicar la libertad sexual es desafiar las estructuras de dominación; es convertir el cuerpo en un espacio de poder, creatividad y placer, donde las mujeres pueden forjar su propio destino.

Bell Hooks.

El 28 de marzo de 2025 socializamos en el auditorio de la Biblioteca Pública Piloto los resultados de la investigación “Vivencias de la sexualidad de mujeres rurales y campesinas organizadas del Valle de Aburrá”.

En la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila enmarcamos nuestro trabajo cotidiano en desmitificar, incomodar, poner los Derechos Humanos de las mujeres en la opinión pública, transformar los imaginarios hegemónicos, desnormalizar las violencias basadas en género y exigir al Estado su erradicación, con y por las mujeres rurales y campesinas, en consecuencia, presentamos este texto resultado de un proceso de investigación y construcción colectiva con la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín, la Red Intermunicipal de Mujeres del Norte del Valle de Aburrá presente en Copacabana, Girardota y Barbosa, y con el Grupo de Mujeres Productoras de Ebéjico, San Sebastián de Palmitas y San Cristóbal que hacen parte del Circuito Económico Solidario -CES- dinamizado por la tienda de comercio justo COLYFLOR.

Esta investigación evidencia las vivencias de la sexualidad en las mujeres que habitan contextos rurales y campesinos del Valle de Aburrá y Ebéjico, que, con testimonios de sus historias de vida develan las relaciones de poder que han desplegado diferentes formas de violencias y obstáculos para el placer sexual, así mismo, presenta las transgresiones acuerpadas y deseadas con las que las mujeres se han reconocido como sujetas de derechos para sí mismas, sus parejas y la sociedad en general y, por último, se encuentra un breve análisis de la situación de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos DDSSRR a nivel local y las exigencias a las administraciones municipales e instituciones públicas para que actúen con enfoque de derechos por una vida digna para las mujeres.

La socialización fue realizada por dos de las autoras de la investigación, Verónica Castro Ospina y Mariana Soto López profesionales sociales e integrantes del programa Mujeres y Justicia de Género de la Corporación. Se contó también con la participación de Nelly Vásquez integrante del Circuito Económico Solidario CES, Liliana Cano y Diana Sierra integrantes de la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín, quienes desde sus experiencias y narrativas aportaron a este proceso. El espacio cerró con una presentación de la artista Zulé.

Encuentra aquí la publicación.

“La Mesa de Economía del Cuidado Antioquia reconoce que los avances de los sistemas departamental y distrital del cuidado son producto de una historia colectiva, de la lucha e incidencia social y política de organizaciones de mujeres, feministas y cuidadoras”
Verónica Castro Ospina
Corporación Penca de Sábila

El 20 de marzo de 2024 en la Casa de la Cultura y la Cooperación Confiar se llevó a cabo el foro “La Economía del Cuidado, una obligación de los planes de desarrollo de Medellín y Antioquia” convocado por la Mesa de Economía del Cuidado Antioquia con el objetivo de seguir posicionando este tema en la agenda pública territorial y en el que participaron las secretarias de las mujeres de Medellín Valeria Molina y de Antioquia María del Pilar Solano, Berena Torres Marín profesora e investigadora sobre la economía del cuidado, Viviana Gallego profesional de la Secretaría de Inclusión Social y Familia y Martha Lucía Osorio mujer cuidadora representante de este sector en el Comité Distrital.  

Durante el evento se señaló la importancia de incluir los enfoques territorial e interseccional en el diseño e implementación de los sistemas de cuidado, adelantar la caracterización de cuidadoras y cuidadores para contextualizar y tener datos actualizados que permitan una implementación efectiva y se hizo el llamado a funcionarias y funcionarios públicos a actualizarse e implementar la normativa internacional y nacional, resaltando al respecto la reciente sentencia T-583/23 de la Corte Constitucional de Colombia, para que las acciones, programas y proyectos estén orientados a la garantía del cuidado como un derecho.

La Corporación Penca de Sábila como integrante de la Mesa de Economía del Cuidado de Antioquia ha insistido en el reconocimiento diferenciado del tiempo que dedican las mujeres rurales y campesinas a las labores de cuidado, existe una brecha de aproximadamente 25,1 horas a la semana entre mujeres y hombres frente al Trabajo de Cuidado no Remunerado TCNR[1] que se sustenta en la división sexual y cultural del trabajo, la cual en territorios rurales sigue teniendo un fuerte arraigo, repercutiendo en el ejercicio de los Derechos Humanos de las mujeres, en su posibilidad de participar en otro tipo de actividades y en la pobreza de tiempo que deben enfrentar.

Finalmente, será necesario que las administraciones, a través de sus Planes de Desarrollo Distrital y Departamental reconozcan e incluyan las propuestas que las organizaciones de mujeres, feministas y cuidadoras vienen construyendo y posicionando en la búsqueda de la garantía de derechos a las mujeres que dedican gran parte de su tiempo a este trabajo. Sumado a esto, que realicen procesos pedagógicos permanentes y descentralizados que permitan reconocer la importancia del cuidado para la reproducción de la vida, superar las brechas existentes y redistribuirlo entre todas las personas, agentes del Estado, sector privado y la comunidad.


[1] Gobernación de Antioquia – Secretaría de las Mujeres. (2021). Resumen ejecutivo. Plan de Economía del Cuidado de Antioquia.

Manifiesto 8 de marzo
En conmemoración del “día internacional por los derechos de las mujeres”
¡Exigimos una vida libre de violencias!

Hoy, 8 de marzo de 2024, nos tomamos las calles porque la ciudad también es nuestra, para conmemorar el camino de aquellas mujeres que antecedieron nuestra lucha feminista, reconocer la fuerza y celebrar la voz de las que hoy continuamos en la búsqueda por una vida digna ¡Resistimos! con la convicción de que juntas avanzamos.

Abogamos porque se reconozcan los avances que en materia de legislación y políticas garanticen el posicionamiento de nuestras propuestas en escenarios de poder y para ello, seguimos exigiendo el derecho a ser parte de la sociedad de forma igualitaria, el efectivo reconocimiento y materialización de nuestros derechos y ciudadanía, y la transformación de nuestros modos de vida con condiciones para el logro de la igualdad, el desarrollo y la construcción de paz. Hoy nos vestimos con pañuelos morados y verdes, reconociendo y celebrando los esfuerzos y las reivindicaciones logradas en las luchas feministas. Que resuenen nuestras voces en un grito vibrante porque ¡VIVAS NOS QUEREMOS!

Insistimos en cuestionar las formas organizativas y estructuras de pensamiento que sostienen, reproducen y recrudecen las violencias contra las mujeres, los cuerpos femeninos y feminizados. ¡Alerta! Declaramos juntas y en las calles una denuncia pública por las desapariciones y los feminicidios como formas extremas de violencias ejercidas y normalizadas en una sociedad que oprime y desprecia a las mujeres.

Según datos del Observatorio Feminicidios Colombia, en el año 2023 fueron 525 las mujeres víctimas de esta forma de violencia, es decir, casi a diario más de una mujer fue asesinada, de los cuales 95 ocurrieron en Antioquia, siendo de esta manera el departamento más violento contra las mujeres, 53 ocurrieron en el Valle de Aburrá y 29 en la ciudad de Medellín. Tan solo en enero del 2024 se registraron 64 feminicidios en Colombia, un aumento del 33% en comparación con enero del año anterior, de los cuales 8 sucedieron en Antioquia. Estas cifras no expresan en totalidad la magnitud de esta violencia, pero si dan cuenta del riesgo en el que vivimos las mujeres.

También denunciamos la sevicia asociada al feminicidio y la práctica de exposición pública de los cuerpos, entendida como un mensaje contundente del poder patriarcal para la dominación de las mujeres y el establecimiento del “orden social”, lo que nos lleva a declaramos en EMERGENCIA NACIONAL por violencias basadas en género.

Constatamos que son pocos los cambios favorables para la vida de las mujeres, el desarrollo democrático de nuestra sociedad y la protección de los bienes naturales comunes que son patrimonio de la vida. El patriarcado sigue enquistado en ideas y prácticas sociales, el capitalismo no cesa en su ruta de alienación y explotación de muchos seres humanos y de la naturaleza. A esto se suma el dominio de unas élites que alimentadas por la codicia han exacerbado la misoginia, la homofobia, el racismo, la xenofobia y el desprecio por la vida y su asombrosa diversidad.

Por todo ello, nos reivindicamos dueñas de nuestros propios cuerpos, reclamamos y defendemos nuestra autonomía en las maneras de habitar el espacio privado y de manera especial el público donde suceden la mayoría de los feminicidios (52%); exigimos que el estado y la institucionalidad pública cumplan los compromisos establecidos a través de los tratados nacionales e internacionales ratificados por Colombia en materia de garantías para el ejercicio de una vida libre de violencias, haciendo uso de las herramientas políticas, económicas y sociales necesarias para prevenir, atender, judicializar y erradicar las violencias garantizando protección y justicia, por ello, instamos a la corte suprema de justicia para que designe la nueva fiscal general. Finalmente, hacemos un llamado a la sociedad para que desde lo individual, familiar y comunitario se rompa el pacto patriarcal que sostiene y reproduce la violencia que nos vulnera, discrimina, excluye y desaparece.

¡Nosotras seguiremos organizadas y en movilización para generar los cambios necesarios en la construcción del mundo en el que queremos y merecemos vivir!


En conmemoración del 8 de Marzo, Día Internacional por los derechos de las mujeres es necesario
resaltar que a pesar de los avances logrados en materia del reconocimiento de nuestros
Derechos Humanos, su garantía y ejercicio continúan siendo un reto, pues la violencia machista,
los feminicidios, la feminización de la pobreza y la revictimización cuando decidimos denunciar las
problemáticas que nos aquejan siguen presentes en nuestra cotidianidad.


Esta situación se exacerba en el caso de nosotras las mujeres rurales y campesinas, puesto que en
nuestros contextos las prácticas machistas y la división sexual del trabajo encuentran un mayor
arraigo. De acuerdo a cifras presentadas por el DANE y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo
Rural (2022), con relación al derecho a la educación superior “El 30,8% de las mujeres urbanas
tiene educación superior o posgrado, mientras que solo el 7,9% de las mujeres rurales tiene este
nivel educativo, lo cual representa una brecha de 22,9 puntos porcentuales”.


Sumado a esto, tenemos una sobrecarga de labores de cuidado que se conecta con barreras para
la autonomía económica, puesto que, “Las mujeres que se identifican subjetivamente como
campesinas trabajan en promedio, 14 horas y 23 minutos. El 59,3% de este tiempo (8 horas y 32
minutos) es dedicado a actividades de trabajo no remunerado”. Nuestro acceso a la propiedad de
la tierra es obstaculizado, muestra de ello es que en el departamento las mujeres propietarias
oscilan entre un 32% comparado con un 68% en el caso de los hombres y las violencias no son
prevenidas, atendidas ni judicializadas de manera integral y con una perspectiva de género crítica,
aspecto que se agudiza ante la ausencia de sistemas de información desagregados que develen las
particularidades de esta problemática en la ruralidad.


Como mujeres rurales y campesinas denunciamos que estas problemáticas, agudizadas ante la
baja presencia estatal, se constituyen en barreras y obstáculos que conllevan a una vulneración de
nuestros derechos y acentúan la brecha histórica entre el campo y la ciudad, por tal razón, en el
marco de esta conmemoración reivindicamos y exigimos:


Por el pleno ejercicio de nuestros Derechos Humanos ¡Nos queremos vivas, libres y sin miedo!
Red Intermunicipal de Mujeres del Norte, Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín y
Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila. 2023.

En el marco de la conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres, se realizaron diferentes actividades para visibilizar denunciar y des-normalizar  la situación de violencias y la vulneración de derechos que enfrentan las mujeres rurales y campesinas en el Valle de Aburrá. En articulación con la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín realizamos una jornada pedagógica en San Antonio de Prado y con la Red Intermunicipal de Mujeres del Norte esta actividad tuvo lugar en Copacabana, así mismo, de la mano de organizaciones feministas de la ciudad se realizó una actividad cultural el 26 de noviembre en el barrio Carlos E. Restrepo de Medellín. 

El 24 de noviembre, con la Red Intercorregimental de mujeres de Medellín se realizó el evento “Mujeres por la vida digna y libre de violencias” en el corregimiento de San Antonio de Prado, allí a partir de actividades pedagógicas, culturales y artísticas se movilizó la ciudadanía en torno al derecho a una vida libre de violencias para las mujeres, este mismo evento tuvo lugar el 29 de noviembre en el municipio de Copacabana, allí la articulación fue con la Red Intermunicipal de Mujeres y las actividades además de sensibilizar a la ciudadanía buscaron llamar la atención de la institucionalidad pública para que fortalezcan su presencia con mayor presupuesto y actuación social que garantice los derechos de la ciudadanía, especialmente, que proteja a las mujeres de las violencias machistas que reporta cifras sumamente alarmantes en este municipio.

También estuvimos el 26 de noviembre en el barrio Carlos E. Restrepo de Medellín, en donde la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, trabajando de forma conjunta con las corporaciones Región, Bien Humano, la Red Feminista Antimilitarista, y Mujeres Confiar llevaron a cabo el evento “Nos Une el Deseo de Vivir Libres”, donde a través de actividades pedagógicas, collage, estampación, maquillaje artístico, dibujo, entre otras, se interactuó con las personas habitantes del barrio alrededor de la cultura machista que continua reproduciendo discursos y prácticas de odio contra las mujeres, también se contó con  una muestra artística y cultural gracias a la Escuela de rap para mujeres de la Red Feminista Antimilitarista, el colectivo de danza urbana Afropower, la cantautora Ana María Vahos, y la papayera de mujeres La Buyesón. 

Todas estas actividades realizadas por la conmemoración del 25N, qué a través del arte, la música, la escritura, la palabra y las experiencias, permitieron la visibilización de que las violencias contra las mujeres continúan siendo una problemática estructural que atenta contra la vida digna y que en contextos rurales y campesinos, se exacerba aún más por el silenciamiento, la normalización y la falta de atención integral y descentralizada del Estado.

En medio de la apuesta social y política por la paz territorial, la reparación a las víctimas y la búsqueda de la verdad en Colombia, la realizó un proceso de diálogo y reflexión sobre las dinámicas del conflicto armado colombiano y sus implicaciones en la vida y cuerpo de las mujeres.

El 18 de agosto de 2022 las mujeres rurales y campesinas integrantes de la Red Intermunicipal se acercaron al Informe de la Comisión de la Verdad en su apartado “Mi cuerpo es la verdad” enfocado en la participación e impactos del conflicto en el cuerpo y la vida de las mujeres y las personas LGBT. Allí, desde el enfoque de género-feminista, las mujeres relataron sus experiencias en el marco del conflicto armado, reconociendo la guerra como mecanismo del sistema patriarcal que convierte los cuerpos de las mujeres en botín de guerra y campo de disputa, y a su vez, reconocieron la importancia del esclarecimiento de la verdad, las verdades, como paso fundamental para detener la tragedia del conflicto armado que tantas víctimas a dejado.

El 30 de septiembre la Red Intermunicipal de Mujeres visitó el Museo Casa de la Memoria de Medellín con el objetivo de profundizar en las causas, factores estructurantes y efectos del conflicto armado colombiano, y reafirmar la importancia de conocer, proteger y fortalecer los procesos de reconstrucción de memoria para la reparación, la garantía de no repetición y fin de la guerra.

Estos encuentros posibilitaron generar nuevas preguntas y reflexiones sobre las implicaciones del conflicto armado en Colombia y su efecto en contra de las mujeres, la Red Intermunicipal avanza en la apuesta por la construcción de paz y una vida libre de violencias, reconociéndose como actoría fundamental en los municipios del Norte del Valle de Aburrá para aportar a la eliminación de la cultura de la guerra.

En el marco de la conmemoración del 8 de marzo Día Internacional por los Derechos de las Mujeres, la Red Intermunicipal de Mujeres del Norte y la Corporación Penca de Sábila realizaron tres encuentros con mujeres rurales y campesinas en Copacabana (vereda el Zarzal), Girardota (vereda Encenillos) y Barbosa (corregimiento El Hatillo), logrando abordar de manera pedagógica el sentido político de esta fecha enmarcada en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, los avances en la legislación colombiana y los obstáculos que se presentan para su ejercicio efectivo.

La Red Intermunicipal de Mujeres año a año realiza estas actividades conmemorativas del 8 de marzo en las cabeceras de los municipios, en esta ocasión se eligió la ruralidad porque es el territorio donde se presentan mayores barreras para que las mujeres accedan a bienes y servicios que materializan sus derechos. Estos encuentros fueron una oportunidad para replicar saberes en torno a los derechos de las mujeres en contribución al cierre de las brechas territoriales y de género en los municipios.

Una vez más la Red Intermunicipal de Mujeres logra posicionar en lo público las apuestas colectivas por la justicia social y de género en el Norte del Valle de Aburrá. Agradecemos a las lideresas que recibieron a la Red en sus territorios abriendo la posibilidad de seguir expandiendo nuestra organización, por una vida digna y con garantía de derechos para las mujeres rurales y campesinas. 

En el Día Mundial del Agua, la Red Intermunicipal de Mujeres del Norte y la Red Intercorregimental de Mujeres, destacamos el papel de las mujeres como defensoras del agua y los bienes comunes de la naturaleza. En los territorios rurales y campesinos la gestión del agua ha sido parte de nuestro trabajo cotidiano, en medio del sistema patriarcal la garantía del derecho humano al agua ha guardado estrecha relación con las labores de cuidado y los roles hegemónicos de género.

La defensa de la gestión comunitaria del agua se inscribe como escenario de violencias producidas por el modelo de desarrollo extractivista que contamina, privatiza y niega el derecho humano al agua en su dimensión individual, comunitaria y colectiva. Es por esa razón que los conflictos ambientales y la escasez del agua ponen en riesgo la salud y la vida de las mujeres de manera diferenciada.

Además, las mujeres como sujetas activas en espacios de toma de decisión como los acueductos comunitarios, han estado expuestas a las relaciones de poder desiguales en el interior de las propias organizaciones donde participan de la gestión comunitaria del agua en compañía y en interlocución con otros actores que dificultan el desempeño y la participación de las mujeres en estos espacios.

Es por esto que, como mujeres rurales y campesinas defensoras del agua, exigimos:

Contáctanos

Carrera 50 #59-27
Medellín, Colombia
contacto@corpenca.org

Síguenos