Ruralidades múltiples, identidades y realidades diversas
El 11 de noviembre de 2020, en el marco de la Alianza por el territorio y la vida campesina, cerramos el ciclo de conversatorios de este año, hablando acerca de Ruralidades múltiples, identidades y realidades diversas. Partimos de la idea de que lo rural y lo urbano aparece como si uno fuera opuesto al otro, cuando en realidad, hablar de lo rural supone una serie de dinámicas económicas, sociales y culturales que crean matices a la hora de pensar en la planeación de un territorio.
Si bien lo urbano se encuentra definido, cuando se habla de lo rural o incluso de los poblados que se consideran cabeceras urbanas la definición de estos no es tan clara, debido a que las formas de habitar y de entender el espacio difiere en todas las dimensiones. “Pareciera que la comunidad construye su territorio, la administración la zonifica y los privados lo reciben para operarlo desde la productividad económica del suelo, cuando la verdadera economía rural se genera desde la finca campesina”, explica, Héctor Lugo Agudelo, coordinador de nuestro programa de Gestión Social y Ambiental de Territorio de la Corporación.
La ley 388 de 1997 en la cual se especifica la norma para ordenar el territorio no cuenta con un enfoque que considere la diversidad territorial como un aspecto que trasciende lo productivo y que posibilite gestionar la ruralidad campesina desde todos los matices y cambios que se van generando con la llegada de nuevas dinámicas.
Para Diana Valencia Londoño, docente de la Universidad San Buenaventura, no es suficiente entender la habitabilidad de una vivienda o la cantidad de espacio construido para calificarlo como rural o urbano, pues este concepto tiene que ver con el entorno inmediato, ya que también habla del bienestar de las personas que conviven allí. Por eso, la profesora Diana afirma que no basta con tener un marco legal que respalde el ordenamiento territorial, sino que es necesario una mirada transversal e integral que posibilite la creación de condiciones apropiadas para la vida en el campo.
Finalmente, la docente Helena Pérez Garcés, asegura que la zonificación como distrito no debe ser estática, sino que debe pensarse desde las transformaciones que todo el tiempo están teniendo lugar desde lo social y económico, para así gestionar desde la complejidad del territorio, porque no existen las ruralidades puras, siembre hay cruces entre lo que viene de la ciudad y lo que viene del campo.
Encuentra aquí la transmisión del evento: ‘Ruralidades múltiples, identidades y realidades diversas’