Los días 24, 25 y 26 de agosto de 2024 nos reunimos 15 organizaciones sociales y campesinas de Antioquia y Caldas en la Reserva Natural El Edén (Municipio de Cocorná) para intercambiar saberes, experiencias y resistencias desde la agroecología por la defensa del territorio rural campesino.
Compartimos prácticas agroecológicas para alimentación animal, socializamos nuestras apuestas, identificamos los temas que nos tejen como red y nos preparamos para incidir en la construcción de instrumentos públicos de gestión de la agroecología en los territorios.
Organizaciones participantes:
Declaración política
En la Reserva Natural El Edén, en la vereda la Veta del municipio de Cocorná, cuenca baja del Samaná norte, a la orilla del río calderas, territorio campesino, territorio ancestral indígena, de montes espesos y aguas abundantes. Nos encontramos 15 organizaciones sociales campesinas étnicas y populares de Antioquia y Caldas para intercambiar saberes y experiencias para pensarnos desde la práctica, desde la lucha y la resistencia frente a un modelo de desarrollo económico extractivista que es incompatible con todas las formas de vida, la permanencia en el territorio, la agroecología y la economía campesina, étnica y popular en condiciones de dignidad.
Nos reunimos para motivar el encuentro, tejer nuestras luchas, reconocer las apuestas agroecológicas desde las diferentes experiencias, los que nos junta y seguir articulados para hacer frente a los retos de un modelo que se perpetúa y se apropia. La agroecología es de base campesina, étnica, popular y comunitaria, nos resistimos a la mercantilización de esta apuesta por actores del mercado que, desde el capitalismo verde, se vuelcan al uso del término desconociendo y violentando el movimiento social.
Rechazamos la desigualdad de condiciones que tienen de las asociaciones y organizaciones sociales para acceder a los recursos, dada la burocratización de los procesos administrativos que limita el acceso directo a ellos.
La gestión agroecológica de los territorios históricamente la hemos hecho líderes y lideresas de los diferentes movimientos, de forma autónoma y autogestionada, hemos construido identidades, apropiado y validado metodologías populares para la formación, para el encuentro el intercambio de saberes, hemos construido escuelas campesinas agroecológicas para pensarnos la práctica, el actuar político, la exigibilidad en defensa de los territorios y el buen vivir. Exigimos que todos los instrumentos de planificación y gestión fomenten la construcción histórica que hemos hecho, no permitiremos otras estructuras que atenten contra la autonomía de las comunidades.
Manifestamos que, los Instrumentos de gestión para la agroecología deben tener un enfoque integral de forma que convoquen a los diferentes ministerios (Salud y protección social, Ambiente, Educación y Agricultura). Que reconozca la agroecología en las diferentes dimensiones de la vida y economía campesina, étnica y popular, como el cuidado de la salud, la nutrición, el cuidado de la naturaleza y la conservación de los bienes comunes.
En ese sentido, resaltamos la voluntad política del gobierno Nacional en la concertación y construcción junto a las organizaciones sociales, campesinas, étnicas y populares, generando espacios de incidencia para las mismas respecto a la Política Pública Nacional de Agroecología. Así mismo exigimos que el Plan Departamental de Agroecología de los diferentes departamentos y específicamente el de Antioquia de la misma forma integre las voces de las organizaciones aquí presentes que no participamos de su construcción y que se permitan nuevos espacios de encuentro, que se reconozcan todos los planes de vida de las comunidades que resistimos en el territorio, que se discuta el enfoque de género propuesto desde la perspectiva de autonomía económica y política para las mujeres, y que no se limite su rol al cuidado de otros, otras y su entorno. Para que realmente el Plan Departamental logre recoger la diversidad de agroecologías de los territorios.
Es por ello que, dada la articulación entre las organizaciones presentes en el espacio, acordamos que:
Durante los días 5 y 6 de agosto de 2023 nos reunimos en el municipio de Rio Sucio, Caldas, en la Casa Grande del Consejo Regional Indígena de Caldas (CRIDEC) y el Resguardo Indígena de San Lorenzo, 48 organizaciones campesinas, indígenas y populares, a quienes nos une la cordillera central y occidental, surcadas por el río Cauca . Nos juntamos con el objetivo de conocernos y reconocer en la pluralidad, los diversos procesos que venimos caminando la agroecología desde hace varios años.
Nuestros territorios son golpeados por múltiples injusticias sociales y ambienta les, dentro ellas, proyectos hidroeléctricos, mineros, monocultivos forestales y agrícolas bajo un modelo de revolución verde , ganadería extensiva, expansión urbana, cambio de uso del suelo agropecuario para construcción de vivienda campestre y el turismo masivo entre otras situaciones que generan ruptura en las dinámicas socioculturales de las comunidades, además, profundizan la desigualdad en el acceso de la tierra, afectan la soberanía alimentaria y devastan los bienes comunes , destruyen y contaminan el patrimonio ambiental. Adicionalmente, nuestros territorios siguen siendo azotadas por el flagelo del conflicto armado.
Reconocemos también que persisten violencias basadas en género contra la mujeres, niñas y diversidades sexuales y de género, que profundizan las brechas sociales y la inequidad en el acceso a trabajos remunerados, limitando la autonomía económica, acceso a tierra, infraestructura, educación, formalización del trabajo y la producción agroecológica en condiciones de igualdad.
Pese a esta realidad, persisten procesos y organizaciones dedicados a la producción de alimentos agroecológicos , conservación de semillas, mercados campesinos de economía solidaria , organizaciones de mujeres, y pedagogías populares y de recuperación de saberes ancestrales. Quiénes reconocemos que la concentración de la tierra ha sido el elemento central en el conflicto social, político y armado, vemos importantes los esfuerzos que viene adelantando el gobierno nacional en formalizar, adjudicar y comprar tierras para entregarlas a nuestras comunidades. Sin embargo, no basta con el acceso a esta, es necesario que el Estado garantice los medios necesarios para hacerla productiva. Por tal motivo, hacemos el llamado al gobierno nacional a materializar una reforma agraria que tenga un carácter étnico, popular y agroecológico, con enfoque de género y territorial, que esté orientada a la preservación de la vida, es decir, a rehacer las relaciones armoniosas con la naturaleza, la protección de bienes comunes y el buen vivir.
La agroecología es una posibilidad real para enfriar el planeta y contrarrestar el hambre que vive gran parte de la población de nuestro país, a partir de estimular los sistemas agroalimentarios locales y los circuitos económicos solidarios, en donde el alimento sea realmente un derecho y no un negocio de unos pocos.
Con esa premisa, hacemos el llamado gobierno para que acoja las siguientes propuestas:
Rio Sucio, 7 de agosto de 2023.
15 de febrero de 2023, Carta enviada a Congresistas
Apreciados Congresistas,
Reciban un cordial saludo de parte de las organizaciones sociales de base que realizamos agroecología en nuestros territorios y que llevamos años en las luchas sociales, escalando la agroecología para que nuestro país sea territorio de vida y de paz.
Como es de su conocimiento, al haber participado en el Encuentro Nacional de Agroecología en septiembre del año anterior, las organizaciones sociales de base, venimos dialogando y trazando una ruta de incidencia que nos permita escalar la agroecología como Política Pública Nacional, reconociendo los pasos que se han dado en los Proyectos del Ley en curso. Además, hemos posicionado en los diferentes canales dispuestos por el Gobierno Nacional, los resultados de este encuentro de cara a la construcción del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.
En este sentido, nos alegra encontrar en las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, la pretensión de la adopción de la Ley de Agroecología, además de la creación del Programa Nacional de Agroecología que permitiría avanzar en la transición de una agricultura convencional hacia una producción agroecológica, para restaurar los agroecosistemas y sociedades que han sido degradadas a lo largo y ancho del país con la revolución verde, al tiempo que se promueve la Soberanía Alimentaria y el Derecho Humano a la Alimentación.
Sin embargo, vemos con preocupación que en el borrador del Proyecto de Ley por el cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 ‘Colombia Potencia Mundial de la Vida’, no se refleja el diseño, ejecución y seguimiento del programa, ni de la Política Pública Nacional de Agroecología con un responsable claro, como debería ser en este caso el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. De otro lado, en el documento denominado Plan Plurianual de Inversión 2023-2026, no se refleja la inversión para programas productivos con base agroecológica, más que la línea 8 de inversión nacional “inclusión productiva y financiera de pequeños y medianos productores rurales; y promoción de la agroindustria sostenible, y de la agricultura y ganadería regenerativa”, teniendo este tipo de agricultura (regenerativa) un registro como marca e imagen ante a la Oficina Española de Patentes y Marcas -OEPM, lo que puede tímidamente apalancar proyectos para el campesinado, más no las transformaciones propias que hemos concebido desde el Movimiento Agroecológico y Social.
La situación también preocupa al invisibilizar al campesinado y no reconocerlo como “actor diferencial para el cambio”, si bien no iba a hacer un Plan Nacional de Desarrollo con capítulos étnicos, en este apartado del plan se ubican los actores diferenciales, realizando nuevamente por parte de un Gobierno,
la discriminación positiva. Es de su conocimiento y de los caminos propios de sus luchas como sujetos
sociales y políticos y ahora como congresistas, que un reconocimiento diferencial del campesinado podría apalancar escenarios distintos en pro de nuestro bienestar y reconociendo nuestros derechos como actores de especial protección constitucional, tal como lo consagra la Sentencia C-077-17 de la Corte Constitucional y también tener en cuenta la C-028-18.
En ese orden de ideas, pasamos de tener unas bases del PND con dos elementos fundamentales como la Ley y el Programa Nacional de Agroecología, a no ser incluido en el proyecto de Ley y al minimizarlo con una línea de inversión que se acerca, pero no contempla la agroecología propiamente desde sus principios básicos.
La agroecología sin el campesinado es jardinería, la agroecología sin campesinado es negar las propuestas de vida digna que hemos construido por décadas en contraposición de una economía extractivista, guerrerista y violenta. La agroecología sin campesinado es negar que ésta se constituye de los conocimientos y saberes que de generación en generación hemos logrado mantener para relacionarnos con la naturaleza y nuestro territorio, y aquí también están nuestros hermanos afrodescendientes e indígenas.
No pretendemos una división étnica, sino el reconocimiento de los derechos que hemos reivindicado y conquistado a través de nuestras luchas y que han sido negados históricamente. La Agroecología ha sido nuestra forma de vivir y resistir ante los embates de un contexto mundial que también nos afecta. Por eso proponemos que en cada uno de los ejes de transformación del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 se incluya la Agroecología, de tal manera que se garantice su materialización. Para ello hemos realizado una exhaustiva revisión del articulado, incluyendo en algunos de ellos lo fundamental de los programas nacionales en los que se basaría la Política Pública Nacional de Agroecología. Además, proponemos que en eje de transformación 3. Derecho humano a la alimentación, se incluya el
siguiente artículo:
PROGRAMA NACIONAL DE FOMENTO A LA PRODUCCIÓN CON BASES AGROECOLÓGICAS
Artículo XX: El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, liderará la formulación, adopción, ejecución y evaluación de la Política Pública Nacional de Agroecología, la cual se orientará al fortalecimiento de la economía campesina, la transición energética en la producción agropecuaria, la diversificación productiva, la soberanía alimentaria y a garantizar el derecho humano a la alimentación. Para ello el MADR, promoverá la articulación interministerial e intersectorial y garantizará la participación de organizaciones sociales de base y nacionales con procesos de agroecología.
Parágrafo: créese la mesa de trabajo intersectorial e interministerial, garantizando la participación de organizaciones sociales de base que viabilece la formulación, adopción, ejecución y evaluación de la Política Pública Nacional de Agroecología.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, les solicitamos sean ustedes la voz de nuestras organizaciones en el Congreso, para que se logre visibilizar el campesinado y la agroecología en esta Ley y que logremos sentirnos incluidos en el gobierno del Cambio.
Las organizaciones sociales abajo firmantes, nos ponemos en disposición para encontrarnos con ustedes y crear un Frente Parlamentario que analice y discuta nuestra propuesta y garantice las peticiones hacia el PND. Nos mantenemos unidas y en movilización para seguir reivindicando nuestros derechos, porque Colombia Potencia Mundial de la Vida es con nosotros y nuestras formas de construir país. Estamos del lado de la paz y seguiremos aportando en esta construcción.
Organizaciones firmantes: https://drive.google.com/file/d/1D_tq_ysixjGv26evNxgjQ0K-DcSDpCKC/view?fbclid=IwAR2hcv-8pnFm6yeCT3G_jD7NwI-BjiGTfia7uwHvKuNwJweY_7hE0-RUBo0
Luego de 14 años de formación y educación, convocamos a agroecólogos y agroecólogas con el fin de reafirmar que la articulación y el tejido en red son una de las bases para la permanencia de los saberes campesinos y las acciones colectivas para la defensa del territorio.
El pasado 25 junio de 2022 realizamos el Encuentro de Egresados y Egresadas de la Escuela de Agroecología en la sede de la Corporación. En este espacio, convocado por el Instituto Educativo Penca de Sábila, se reunieron 50 graduados/as, desde el 2007 (primera cohorte) hasta el 2021, quienes en medio de abrazos, risas y alguna que otra lágrima, se mostraron felices con el reencuentro.
El orden del día estuvo lleno de diálogos, además de una pequeña feria de experiencias que tenía, como primer objetivo, el intercambio de las vivencias de las y los promotores que asistieron. En la feria se contó con la participación y testimonio de participantes como:
Todos estos proyectos gestados luego del proceso de formación en agroecología, fueron ejemplos concretos que se sumaron a las vivencias de las promotoras y promotores en agroecología como formas sostenibles y conscientes de habitar el territorio.
El segundo objetivo del encuentro fue construir colectivamente estrategias que les permitiera ejercer su labor como agroecólogas y agroecólogos de una forma más efectiva, articulándose para facilitar el relacionamiento y el intercambio de saberes, experiencias y semillas, así como la defensa del territorio. Es así cómo se decide conformar una red para la defensa y promoción del saber agroecológico .
Valeria García, egresada y participante del Encuentro de Egresados/as, expresó sobre la dinámica del día y las propuestas entorno a conformar una red: “(…) Me parece muy necesario que siga habiendo espacios para que nos juntemos, para que nos escuchemos, para comunicarnos. Para que podamos expresar cómo estamos en cada territorio”.
El evento finalizó con un trueque de semillas, espacio que se ha tornado en un símbolo del trabajo mancomunado de la agroecología, y con el compromiso de continuar con la conformación de la Red antes del próximo encuentro.
Con el paso de los días se reitera la importancia vital de la gestión de alternativas para la producción de alimentos, su intercambio y nuestras formas de relacionarnos con la naturaleza, sobretodo desde las y los más pequeños. Con el propósito de acercar a estudiantes de primaria del centro educativo Travesías El Morro en el corregimiento de San Cristóbal a la agroecología y su aporte a la soberanía alimentaria, realizamos la feria agroecológica, una jornada pedagógica, cultural y lúdica.
Desde el programa de Soberanía alimentaria – economía solidaria y su Escuela de agroecología, tenemos convenio con la institución mediante el préstamo de sus sedes para realización de tutorías y de sus huertas para las prácticas de sus estudiantes y a cambio, apoyamos la formación en agroecología con el enfoque agroambiental del centro educativo. La actividad se realizó en el marco de la semana de la convivencia y contó con la vinculación de las docentes.
La jornada, que no se hacía desde antes de las medidas restrictivas por la pandemia, fue además una forma de reactivar la oportunidad para las y los estudiantes de la Escuela de agroecología, de realizar sus prácticas para ser promotoras y promotores. Así, la feria tuvo estaciones diversas con el fin de promover el aprendizaje desde la experiencia y el juego. Las estaciones fueron, 1: separación de residuos, 2: generación de compostaje, 3: realización de sustratos, 4: diseño de huertas desde la perspectiva urbana, 5: acercamiento a las semillas y la vida (biología de las flores y proceso de vida de las semillas), 6: Cineforo y 7: Salvar el planeta (juego lúdico).
Al final, las y los niños adoptaron plantas para su cuidado, Samuel Quintero Hernandez de quinto A, afirmó que “la actividad que más me gustó es cuidar las plantas, que es una gran responsabilidad, pero es bueno porque estamos creando vida, es importante que participemos de estas actividades para que nos conectemos con el ambiente, porque todos hacemos parte de la naturaleza y por ende debemos conocerla”.
Este año nos confirmó que la vida presente y futura está en nuestros campos. La agroecología es la base que ha permitido que la salud, la sostenibilidad económica y ambiental, así como la social, sean realidad. Las campesinas y campesinos se enfrentaron este año a la profundización de las dificultades para la comercialización de sus productos, no obstante, las asociaciones campesinas han demostrado la importancia de la articulación colectiva para para gestionar y permitir que durante la cuarentena se siguieran comercializando los productos del campo en la ciudad de Medellín.
El 11 de diciembre de 2020 se graduaron 14 estudiantes como técnicos en promotores en agroecologíca de la Escuela de Agroecología. Ocho mujeres y seis hombres integrantes de la modalidad B (con énfasis en jóvenes que no poseen tierra) de la Escuela, realizada en la vereda Travesías del corregimiento de San Cristóbal de Medellín, como un espacio en el que se generaron intercambios y la posibilidad de continuar en los procesos participativos que existen en la Medellín rural campesina.
Mauricio de Jesús Londoño Ortiz, integrante del programa de Soberanía alimentaria y coordinador de la escuela de agroecología, cuenta que “Iniciamos con sesiones presenciales, a mitad de año con la cuarentena tuvimos que repensar la metodología. Comenzamos a hacer sesiones virtuales y a apoyar con llamadas, correo electrónico o WhatsApp. En junio y julio, iniciamos sesiones presenciales de las prácticas que no habíamos alcanzado a hacer durante toda la cuarentena. Fue duro el proceso de adaptación a las sesiones virtuales, pero se logró”.
El objetivo era continuar el proceso de formación, así fuera de manera teórica, así como generar participación y creación de contenidos. Las y los estudiantes hicieron vídeos de las practicas que realizaban en sus fincas, además de los trabajos escritos. Los y las profesionales de la Corporación asesoraron en herramientas técnicas para que realizaran sus propios vídeos y por YouTube se apoyaron en su difusión.
Ante esto y como apuesta política, la interdisciplinariedad al interior de la Corporación ha sido un elemento integrador. La articulación para apoyar en la realización de seminarios de feminismo, de ecología política, son importantes para fortalecer la transversalidad del feminismo y el ambientalismo en los procesos formativos comunitarios de la Escuela de Agroecología.
Andrey Franco, joven graduado de la Escuela, afirmó que “mi mayor aprendizaje ha sido que a través de la agricultura convencional nos estamos alimentando muy mal, primero porque tiene venenos, moléculas tóxicas para nuestra salud y bienestar, bajas en nutrientes. A través de los métodos agroecológicos, estamos aprendiendo para mejorar y estar cada vez más conectados con la naturaleza como nuestros ancestros. Algunos de los temas que más me gustaron fueron la elaboración de abonos y fertilizantes, control de plagas y enfermedades, protección vegetal y la importancia de la defensa de los derechos campesinos, la economía solidaria, el trueque, sin intermediarios…”
Las y los participantes de la Escuela compartieron presentaciones artísticas con las personas asistentes, canciones en las que la tierra, las semillas ancestrales y criollas, el agua y los bosques eran la fuente de inspiración. Para el siguiente año, la modalidad A que se realiza en el corregimiento de San Sebastián de Palmitas con campesinas y campesinos, continúa su proceso de formación que se espera culminar en los meses de abril o mayo. La modalidad B abrirá convocatoria a inicios de año para iniciar la Escuela.
La protección de los bienes comunes, la relación y participación en sus comunidades y en las asociaciones campesinas del territorio como ACAB o Campo Vivo, son parte de los propósitos del proceso formativo. La diversidad, el intercambio de experiencias y la intergeneracionalidad han posibilitado nuevas formas de organización y de relacionarse con los territorios campesinos de Medellín.
Les compartimos este artículo escrito por Miguel A Altieri, Clara Inés Nicholls University of California, Berkeley y el Centro Latinoamericano de Investigaciones Agroecológicas (CELIA).
La mayoría de nuestros problemas globales: escasez de energía y de agua, degradación ambiental, cambio climático, desigualdad económica, inseguridad alimentaria y otros, no pueden abordarse de forma aislada, ya que estos problemas están interconectados y son interdependientes. Cuando uno de los problemas se agrava, los efectos se extienden por todo el sistema, exacerbando los otros problemas.
Como nunca antes, la pandemia de coronavirus nos revela la naturaleza sistémica de nuestro mundo: la salud humana, animal y ecológica están estrechamente vinculadas. Sin duda el COVID -19, e es un llamado de atención para la humanidad a repensar nuestro modo de desarrollo capitalista y altamente consumista y las formas en que nos relacionamos con la naturaleza. Los tiempos exigen una respuesta integral a la crisis actual, donde se aborden las causas profundas detrás de la ya aparente fragilidad y vulnerabilidad socio ecológica de nuestro mundo.
La agroecología representa un ejemplo inspirador de un enfoque sistémico poderoso y, en este momento de la pandemia del coronavirus, la agroecología puede ayudar a explorar los vínculos entre la agricultura y la salud, demostrando que la forma en que se practica la agricultura puede por un lado auspiciar la salud o por el contrario, si se practica mal crear como lo hace la agricultura industrial, causar grandes riesgos para la salud.
Continuación:
¡Participemos en la construcción del Distrito Rural Campesino!
La fiesta solidaria del 17° Festival Agroecológico y el 12° Viaje de la solidaridad entre mujeres del campo y la ciudad nos convoca de nuevo en el Corregimiento San Sebastián de Palmitas, territorio campesino de Medellín en torno a la defensa de los bienes comunes, el agua, la tierra, el aire limpio, la producción de alimentos y el intercambio de nuestros saberes, semillas y experiencias. La música, el trueque, la reivindicación de los derechos de las mujeres y la denuncia de las violencias contra las mujeres estarán también presentes en este gran encuentro festivo.
La defensa del territorio y la economía campesina avanza en Medellín con la organización y la movilización campesina y la inclusión de nuestras propuestas al Plan de Ordenamiento Territorial -POT-, logrando que el acuerdo municipal 048 de 2014 contenga el Distrito Rural Campesino como figura de especial protección para la vida campesina.
El Distrito Rural Campesino tiene que ser reglamentado y este año se realizará la fase de diagnóstico. Esta reglamentación implica nuestra activa y creativa participación, que tiene que ser amplia y vinculante, es decir, que incida en realidad en las decisiones y contenga el sentido colectivo de nuestras necesidades y reivindicaciones, entre ellas:
Nuestra participación es la única forma de garantizar que el Distrito Rural Campesino sea una oportunidad para la permanencia, el restablecimiento de derechos y el reconocimiento de la población campesina de Medellín y la inclusión efectiva de sus propuestas.
Las campesinas y campesinos de Medellín y el Valle de Aburrá nos subimos a la Chiva del Distrito Rural Campesino para abrir el camino a los sueños, la esperanza, los sentidos y las alternativas que harán posible la permanencia de la vida, la economía y el territorio rural campesino en el Valle de Aburrá.
Click para ampliar la imagen
ORGANIZAN
Red Corregimental de Mujeres de San Sebastián de Palmitas:
Red Corregimental de Mujeres de San Cristóbal:
Red Corregimental de Mujeres de San Antonio de Prado:
Una vez más se llevó a cabo el 16º Festival Agroecológico Intercorregimental y 11º Viaje de la Solidaridad entre mujeres del campo y la ciudad, en esta ocasión en el corregimiento de San Sebastián de Palmitas de Medellín. Durante el sábado 26 de septiembre de 2015 se realizaron distintas presentaciones artísticas, intercambios, exposición de proyectos comunitarios y venta de productos agroecológicos, artesanales, alimentos preparados y conservas.
En el 11º Viaje de la Solidaridad entre mujeres del campo y la ciudad, la Red Intercorregimental de Mujeres ratificó su interés y compromiso por la defensa del territorio, la economía y la vida campesina y de los bienes comunes, así como la erradicación de todas las formas de violencias contra las mujeres. Asimismo las mujeres campesinas exigieron ser reconocidas como sujetos de derechos, mayores niveles de autonomía y la reglamentación de los distritos rurales campesinos.
El Kolectivo Clown Nariz Obrera realizó una presentación sobre la objeción de conciencia y el servicio militar obligatorio.
En el Trueque de la Solidaridad las personas intercambiaron semillas, alimentos, ropa, libros y otros objetos.
Un Distrito Rural Campesino para la especial protección de los territorios, la economía y la vida campesina
Las organizaciones campesinas, la Red Intercorregimental de Mujeres, la Red Ambiental y Cultural Juvenil Intercorregimental de los cinco corregimientos de Medellín y la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, convocamos con alegría a la fiesta del 16º Festival Agroecológico y el 11º Viaje de la Solidaridad entre mujeres del campo y la ciudad para intercambiar saberes, semillas, experiencias, defender los bienes comunes, la seguridad y la soberanía alimentaria y movilizarnos en defensa de nuestros derechos.
La población campesina y rural de los corregimientos exigimos durante el proceso participativo para la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial -POT- de Medellín, realizado en 2013 y 2014, la especial protección de los territorios, la economía y la vida campesina.
En Medellín vivimos 50.000 campesinos y campesinas en 16.000 predios con un área promedio de 1,51 hectáreas por unidad productiva familiar en los que cultivamos 29.000 toneladas anuales de alimentos que consume la ciudad.
Con nuestra movilización logramos que la Administración y el Concejo de Medellín integraran la figura de Distrito Rural Campesino en el POT. En esta fase de reglamentación e implementación estamos participando y exigiendo que el Distrito Rural Campesino garantice e incluya las siguientes propuestas:
Organizan
Apoyan
Entre los días 14 y 20 de junio del presente año la Corporación Penca de Sábila participó en una semana de intercambio de experiencias con organizaciones del País Vasco que tienen relación con la ONG Vasca SETEM Hego Haizea, quien ha cooperado desde hace unos años con nosotros/as a través de proyectos.
Para la Corporación Penca de Sábila el objetivo fundamental del encuentro fue compartir la experiencia de acompañamiento adelantada con comunidades campesinas de los corregimientos de Medellín a través de la conformación de circuitos económicos solidarios de producción, distribución y consumo de productos agroecológicos y la propuesta de formación desarrollada por la Escuela de Agroecología, la cual se caracteriza por incorporar un enfoque feminista, de soberanía alimentaria, de economía solidaria, la defensa del territorio y los derechos campesinos.
Nuestro compañero Armando Cano participó como panelista en la III Feria de Economía Solidaria con la ponencia “Agroecología desde un enfoque feminista, una experiencia de soberanía alimentaria y economía campesina en Medellín”. El objetivo principal de la Feria fue acercar a la ciudadanía de Vitoria las propuestas existentes para un consumo consciente, responsable y transformador disponibles en su ciudad y en el entorno.
Dentro del intercambio se conocieron experiencias valiosas como el uso colectivo del suelo urbano para la producción de alimentos, una experiencia desarrollada entre los límites de la zona urbana y rural de la ciudad de Vitoria y en el municipio de Basauri, donde las personas participan en procesos de formación sobre el cultivo ecológico urbano y a partir de allí acceden al uso de terrenos públicos durante 3 años para producir alimentos..
Por otro lado organizaciones de productores están trabajando de manera articulada para crear grupos de consumo. Bajo esta figura se está promoviendo un movimiento cada vez más creciente que está dinamizando la economía local, estrechando las relaciones entre productores/as y consumidores/as, promoviendo el consumo de productos agroecológicos y de mejor calidad. Un ejemplo de esta experiencia son los grupos de consumo en el municipio de Urduña en la Provincia de Vizcaya.
Es de resaltar cómo a nivel global, organizaciones de productores/as, consumidores/as y personas de la sociedad civil, están cuestionando el modelo agroalimentario impuesto a través de los Tratados de Libre Comercio, los cuales vienen acompañados de normas sanitarias y políticas que van en contra de las economías locales, entre ellas la economía campesina, como también las afectaciones por los mega proyectos energéticos que cambian los usos del suelo y desplazan a la población campesina productora de alimentos de sus propios territorios.