La reactivación económica en Colombia se relaciona con la profundización de las dinámicas extractivistas como la única posibilidad de enfrentar la crisis. Desde el Congreso de la República se han hecho intentos para dar vía libre a proyectos de extracción de hidrocarburos de forma no convencional -fracking-, mientras tanto, las comunidades han realizado movilizaciones, las organizaciones integrantes de la Alianza Colombia libre de fracking hemos apoyado y promovido las campañas de los últimos días en rechazo a estas acciones que, en medio de la cuarentena y las medidas de distanciamiento físico, pretenden aprobar y beneficiar a las empresas nacionales y multinacionales promotoras del fracking en el país.

Las consecuencias de ello, serían, entre otras, un agudizamiento de la crisis climática y sus efectos, contaminación y perdida de cuerpos de agua y ecosistemas que benefician y posibilitan la vida de seres vivos, comunidades étnicas y campesinas.

Ante esto, desde la Alianza Colombia Libre de Fracking se hizo entrega el pasado 10 de agosto al Congreso de la Republica del proyecto de ley: Por medio del cual se prohíbe en el territorio nacional la exploración y explotación de los Yacimientos No Convencionales (YNC) de hidrocarburos y se dictan otras disposiciones”, iniciativa entregada en compañía de 36 congresistas con el fin de lograr la prohibición de esta devastadora práctica y que además propone elementos fundamentales para una transición energética, urgente y necesaria.

“Las problemáticas socioambientales que esta ley busca prevenir incluyen la disminución de los riesgos de salud y seguridad en el trabajo que esta tarea suponen y las amenazas a la agricultura, a la calidad del suelo y al sistema climático que afectan de manera directa al campesinado y por consecuente a la sociedad en su totalidad “

La discusión para la aprobación o no del fracking en Colombia se encuentra vigente en el Congreso, pues el pasado 2 de septiembre con el apoyo de 39 congresistas se hundió la ley de regalías para los Yacimientos No Convencionales, que pretendía, a través de impuestos al fracking, legalizar esta práctica. Estos logros han sido el fruto de las movilizaciones sociales y digitales, de las campañas a nivel nacional para prohibirlo y del ejercicio pedagógico e informativo que se ha realizado.

La profundización de la mirada mercantilista de la naturaleza y de sus bienes comunes como objetivo del proceso de reactivación económica, ha desencadenado la flexibilización de la normativa ambiental, con el fin de aprovechar la crisis para debilitar los mecanismos que hoy existen para su regulación. Contrario a esta lógica, insistimos en la autogestión, la organización y la participación comunitaria, e instamos a la movilización social, la incidencia en los procesos de gestión social y ambiental de los territorios por la defensa de los bienes comunes.

Te invitamos a sumarte y a seguir las diversas redes sociales de la Alianza Colombia libre de fracking en Facebook y en Twitter.



Hoy 22 de marzo en el marco del Día Mundial del Agua, reafirmamos nuestra defensa del agua como bien común y retomamos nuestra Ley Propia “por medio de la cual se consagran los derechos a la autogestión comunitaria del agua, su acceso individual y colectivo, se regulan las actividades desarrolladas por las comunidades organizadas, y se dictan otras disposiciones”.

Reconocemos a las más de 12 mil organizaciones conocidas como acueductos comunitarios que día a día garantizan el derecho humano al agua en sus territorios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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DECLARATORIA

26 y 27 de septiembre de 2016 / Medellín, Colombia

En Medellín, Colombia, durante los días 26 y 27 de septiembre de 2016, realizamos la V Asamblea Continental de la Red VIDA. En un momento crucial que coincide con la firma del acuerdo final de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC – EP, que pone fin a más de 60 años de un conflicto armado, cuya complejidad reviste un escenario en el que quien más sufre las consecuencias es el pueblo alegre de Colombia.

Reconocemos que el conflicto armado y las violencias en Colombia son la consecuencia de una crisis económica, social, política y ambiental, cuyas causas estructurales se expresan en la distribución inequitativa de la tierra, la sistemática pobreza y exclusión de la mayoría de su población y la falta de garantías para la participación política y el ejercicio pleno de derechos.

Con emoción presenciamos esta firma por el fin del conflicto armado y pudimos abrazar con alegría y esperanza a nuestros hermanos y hermanas de Colombia que optimistas ven que este puede generar condiciones necesarias para la construcción de la paz, que sólo es posible en los territorios y en la reconciliación con la naturaleza que nos entorna y protege. Por ello, con interés acompañaremos este proceso.

En medio de esta alegría nos preocupa la profundización del modelo de desarrollo extractivo en Colombia y en el continente que sigue generando despojo, desplazamiento, pobreza y destrucción de la naturaleza. Precisamente, el uso de la naturaleza en la guerra representó un doble aspecto, por un lado como botín y, por otro, como causa directa de conflictos armados por la desigualdad y la injusticia que provoca, ante la voracidad del sistema colonialista, capitalista, patriarcal y neoliberal. Bajo esta doble condición, la naturaleza como sujeto de derechos también ha sido víctima de la guerra.

Resaltamos la presencia de ASSEMAE, representada en su presidente Aparecido Hojaij. ASSEMAE es la única entidad brasileña que representa a los servicios de saneamiento municipal, en el actual contexto de saneamiento en Brasil, reafirma la lucha de la organización para la inclusión social y la salud de la población ambas garantizadas por la gestión pública de los servicios de agua y saneamiento.

Conscientes de que lo que pase en Brasil con su política pública de saneamiento, afectará a toda América Latina, pues se inició una ola de privatización que gana cada vez más fuerza en el país, ASSEMAE se compromete en la lucha por mantener en manos públicas municipales la prestación del servicio de saneamiento municipal. Y para ello a movilizar el mayor número de instituciones nacionales e internacionales para mostrar que el sector público se presenta como la mejor alternativa en la implementación de políticas de agua y saneamiento básico. La Red VIDA apoya la lucha de los municipios del Brasil asociados en ASSEMAE en la defensa de la gestión municipal del servicio de agua y saneamiento con el convencimiento pleno de que el sector público concebido así y como lo ha demostrado en su histórica experiencia ASSEMAE, es la mejor alternativa para garantizar el acceso y suministro de agua como derecho humano fundamental.

Trece años han pasado desde la fundación de la Red de Vigilancia Interamericana para la Defensa y el Derecho al Agua -RED VIDA- cuando en 2003, 54 organizaciones de 16 países de todo el continente americano nos reunimos en San Salvador y nos comprometimos con el lanzamiento de una Campaña Interamericana contra la privatización del agua y en su defensa como bien común, y en lo que a su acceso, distribución y calidad se refiere como derecho humano fundamental. Nacimos reivindicando un modelo de gestión pública con participación social de mujeres y hombres, defendiendo la gestión comunitaria y sustentable del agua como una forma de garantizar el acceso universal de forma equitativa y justa.

Hoy mujeres y hombres de todos los rincones de nuestra América persistimos y reafirmamos la lucha, reconociéndonos como iguales en derechos y fecundamente diferentes en la diversidad cultural.

Hemos renovado el compromiso de seguir trabajando de manera especial con nuestros jóvenes, niños y niñas a la defensa de los bienes comunes y los territorios, y del derecho humano al agua y al saneamiento desde una perspectiva integral.

La defensa de los territorios del agua da contexto a la lucha por el derecho humano al agua vinculada a la custodia de los bienes comunes. En este sentido nos preocupa profundamente el hábitat del agua, los derechos del agua, la contaminación de ríos, lagos, arroyos, la pérdida de humedales y acuíferos, la contaminación creciente de las fuentes y la amenaza de nuestras fuentes por las diversas caras de la privatización.

En la RED VIDA siempre hemos rechazado la estrategia impulsada por los organismos financieros internacionales, los organismos multilaterales de comercio y los gobiernos nacionales dirigidos a la privatización de los sistemas públicos y comunitarios. Así como actores provocan el desmantelamiento del tejido social mediante el financiamiento de organizaciones como AVINA, FEMSA y otras.

Vemos avanzar normas, leyes y tratados que hacen del agua una mercancía por eso hoy hemos decidido vincularnos e impulsar campañas contra los TLC, los Acuerdos Público Privados y el TISA que impulsan y profundizan la privatización de los servicios públicos y el despojo de la naturaleza y la cultura de los pueblos de América Latina.

Abrazamos las luchas del sindicalismo social por sus derechos laborales como un elemento estratégico para la defensa de la gestión pública y comunitaria del agua.

Continuamos nuestras Con la inspiración y la enseñanza de la guerra del agua de Cochabamba, del plebiscito uruguayo, de la resistencia peruana, del referéndum colombiano, la recuperación de empresas para la gestión pública en Argentina, de las luchas y triunfos mexicanos.

Reconocemos los logros en las constituciones y en los marcos normativos que deben hacerse realidad en la vida cotidiana para las mujeres y los hombres de nuestro continente y en todo el mundo. Abrazamos las iniciativas ciudadanas por construir leyes que garanticen el agua como un derecho y su gestión comunitaria y pública de hermanas y hermanos de Colombia, México, El Salvador y Costa Rica.

Respaldamos las luchas en Centroamérica y en todo el continente contra las represas, el uso intensivo de agrotóxicos y el fracking. Por ello hoy persistimos en la construcción y fortalecimiento de alternativas sustentables de gestión pública y comunitaria del agua.

Estaremos atentas y atentos a la lucha que vienen desarrollando las hermanas y hermanos del TIPNIS, en Bolivia, en defensa de su territorio.

Como Red VIDA, reafirmamos y nos comprometemos a:

• Luchar contra el modelo extractivista de despojo y cualquier modalidad de privatización, mercantilización y financiarización del agua.
• Construir y fortalecer participativamente alternativas sustentables de gestión pública y comunitaria del agua con enfoque de género y diálogo intergeneracional para la defensa de los bienes comunes los territorios desde una perspectiva integral.
• Promover los intercambios de experiencias con enfoque de género, étnico y cultural sobre los procesos que permitan aprender y aportar en el análisis de alternativas.
• Afinar los mecanismos de coordinación y colaboración para la reapropiación y defensa del agua, desde el cumplimiento en la ejecución, seguimiento y evaluación de nuestro plan de acción.

Finalmente, repudiamos la criminalización de la protesta social en todas sus formas, las amenazas contra defensoras y defensores del agua y la vida. Continuamos exigiendo el esclarecimiento del asesinato de Berta Cáceres Flores, así como juicio y castigo a los autores materiales e intelectuales del mismo; para ello es imperativo que el Estado de Honduras, solicite a la CIDH una comisión investigadora tal como lo solicita el movimiento de resistencia popular.

Sin duda hoy nos también nos toca ser felices como un acto revolucionario

¡Que la alegría siempre nos acompañe en nuestras luchas!

27 de septiembre de 2016
Medellín, Colombia

RED VIDA
Coordinadora del agua. Argentina
Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida, Uruguay
Federación de Funcionarios de OSE- FFOSE-, Uruguay
Federación Ecologista (FECON), Costa Rica
Alianza Nacional para la Defensa del Agua (ANDA), Costa Rica
Internacional de Servicios Públicos – ISP-, Costa Rica
Asociación Comunitaria Unida por el Agua y la Agricultura –ACUA-, El Salvador
Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES)/Foro del Agua, El Salvador
Food and Water Watch
Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua –COMDA-, México
Agua para Todos, Agua para la vida, México
Sistema de Agua Potable de Tecámac , México
Fundación Abril, Bolivia
Associação Nacional dos Serviços Municipais de Saneamento, -ASSEMAE-, Brasil
Blue Planet Project, Canadá
Bloque Popular, Honduras
SINTRACUAVALLE, Colombia
SINTRAMBIENTE, Colombia
Federación de Acueductos Comunitarios del Valle del Cauca, FECOSER.
CENSAT Agua Viva, Colombia
Corporación ECOFONDO, Colombia
Asociación Departamental de Acueductos Comunitarios de Antioquia, ADACA Colombia
Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila, Colombia

Invitados fraternales

Obras Sanitarias del Estado, Uruguay
Red Nacional de Acueductos Comunitarios de Colombia
Unión de Sindicatos de EMCALI –USE-, Colombia
SUR – VIVIENDO, Colombia

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Programas de radio realizados en 2016 para la difusión de los procesos que acompaña la Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila en la defensa de los bienes comunes y el seguimiento de las luchas sociales.

Moderador: Jorge Montoya


1. Privatización y resistencias

¿Cómo nos afecta la privatización? ¿Qué es el TISA? ¿Cómo se organiza la resistencia ante la privatización?

1. Privatización y resistencias

Participación: Oscar Rodríguez y Juan Diego Gómez, Internacional de Servicios Públicos. 


2. Diálogos con el agua y el clima

¿Cómo afrontar la gestión del riesgo en comunidad? ¿Qué herramientas tienen las comunidades ante el cambio climático?

2. Diálogos con el agua y el clima

Participación: Gustavo Wilches Chaux (Colombia) y Orlando Luizaga (Bolivia). 

 

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Nos reunimos hoy 12 de mayo de 2016 en la ciudad de Medellín para discutir las nuevas amenazas de privatización y despojo de los bienes comunes naturales y culturales y de instituciones populares y públicas a través de políticas gubernamentales, firma de tratados internacionales, venta de organismos estatales, en el marco de un modelo económico que profundiza el extractivismo y la destrucción de los bienes naturales, el agua, el aire, los suelos, la biodiversidad, las culturas y los paisajes y los territorios.

Hace más de dos décadas se dio la entrada oficial al neoliberalismo en el país. La constitución de 1991 y leyes posteriores, en especial la 142 y 143 de 1994 de servicios públicos y mediante la que se establece el régimen para la generación, interconexión, distribución, y comercialización de electricidad en el territorio nacional, que sumadas a la política empresarial para el manejo de los mismos, implementada mediante decretos, establecieron un cambio en la concepción de los servicios públicos y en quiénes pueden prestarlos, otorgando un papel principal a la actividad empresarial, desarrollada por privados, entidades de economía mixta o sociedades por acciones de capital en principio estatal, con la posibilidad futura de venta a cualquier interesado. Todo ello, amparado en los argumentos de eficiencia económica, eficacia y ausencia de corrupción, afirmando de otro lado, la falta de competencia, la carencia de fondos del Estado, los altos costos que implica la prestación de los servicios, la incapacidad de las comunidades organizadas, rurales y urbanas para la autogestión de servicios esenciales, su atomización y la insostenibilidad financiera. De esta manera se permitió y permite que los servicios públicos como finalidad del Estado sean entregados al sector privado, acabando con el modelo netamente estatal y con la gestión de los mismos por parte de organizaciones comunitarias con arraigo en los territorios.

La privatización de los servicios públicos implica la pérdida de soberanía y la mercantilización de los bienes comunes asociados a dichas actividades, como el agua y el gas, el detrimento del patrimonio público y la denegación de los derechos humanos que se garantizan a través de ellos, como el acceso y suministro de agua potable, energía y gas para todas las personas sin exclusión y a bajo costo, lo que vulnera el principio democrático que inspira nuestro sistema de gobierno y el derecho ciudadano a participar en la toma de decisiones sobre nuestros servicios, nuestro territorio y los bienes que lo conforman, priva a las comunidades de la gestión autónoma y del derecho a constituirse en instancias válidas de representación en los escenarios locales y departamentales.

Denunciamos la democratización de las empresas estatales como una estrategia al servicio de la privatización de lo público, cuyo propósito final es el fraccionamiento del capital estatal en acciones que se venden, intercambian, acumulan o monopolizan pocos, rechazamos también los mecanismos administrativos de toma de posesión y liquidación de organizaciones comunitarias que garantizan el agua a amplios sectores de la población y las declaramos como patrimonio público- comunitario, histórico y cultural de nuestra Nación.

La privatización tiene un impacto social negativo en relación a las tarifas, la pérdida del patrimonio público, comunitario y ambiental, pone en riesgo la permanencia de los habitantes en el territorio, crea inseguridad energética e hídrica y vulnera derechos humanos.

Aparece como nueva amenaza el acuerdo internacional sobre el comercio de servicios TISA, que Colombia está negociando en compañía de otros 49 países, estrategia del corporativismo y las multinacionales para apropiarse de los servicios que garantizan derechos y que aún son gestionados por el Estado y las comunidades. La privatización de los servicios en diversas partes del mundo ha sido un fracaso y por ello en más de 346 ciudades se han realizado procesos de remunicipalizacion de los servicios de agua y saneamiento; aun así, el mercado continúa en la búsqueda de acuerdos que garanticen la entrega del sector a los privados y la posesión sobre los servicios públicos esenciales existentes y los que puedan prestarse en el futuro.

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En este contexto, identificamos las diversas formas de resistencia promovidas en las últimas décadas por las organizaciones sindicales, comunitarias, no gubernamentales y solidarias, inspiradas en principios humanistas y ambientalistas en defensa de los bienes comunes, los derechos humanos y la soberanía nacional. La organización, investigación, formación, articulación, movilización y la lucha creativa han sido esenciales para denunciar y disminuir los efectos de la privatización.

Los sindicatos, los acueductos comunitarios, las organizaciones ambientalistas y de economía solidaria nos vemos en la necesidad de defender la gestión pública y comunitaria de los servicios y fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones que afecten nuestros bienes comunes, derechos humanos y patrimonio público-comunitario. Continuaremos denunciando y divulgando los efectos de la privatización, articulándonos en acuerdos público- público-, público-comunitario, comunitario-comunitario y solidarios apoyando e intercambiando nuestras resistencias creativas tanto a nivel nacional como internacional para contrarrestar los efectos de los acuerdos público-privados –APP- promovidos por las instituciones financieras internacionales y las multinacionales. Así mismo, nos comprometemos a discutir y fortalecer la campaña contra el acuerdo TISA que se desarrolla a nivel global.

Medellín, 12 de mayo de 2016.

Sindicato Nacional de Trabajadores de ISAGEN, SINTRAISAGEN.
Sindicato de Trabajadores de Acuavalle SA ESP, SINTRACUAVALLE.
Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema Nacional Ambiental, SINTRAMBIENTE.
Sindicato Nacional De Trabajadores de ISA, SINTRAISA.
Sindicato de Trabajadores de la Industria Energética, SINTRAE.
Sindicato de Industria de los Trabajadores Profesionales de las Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios, Complementarios y Conexos, SINPRO.
Unión de Sindicatos de EMCALI, USE.
Internacional de Servicios Públicos, ISP.
Asociación Departamental de Acueductos Comunitarios de Antioquia, ADACA.
Plataforma de Acuerdos Públicos Comunitarios de Las Américas.
Cooperativa Confiar.
Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila.
Comité Departamental en Defensa del Agua y de la Vida de Antioquia.
Amigos del Medio Ambiente, AMA.
Fundación Darién

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En el Auditorio Gerardo Molina de la Universidad Nacional nos reunimos diversas organizaciones campesinas, de mujeres, juveniles, ambientalistas y acueductos comunitarios del departamento en la IX Asamblea Departamental en Defensa del Agua y Vida de Antioquia.

Esta Asamblea se realiza en el momento en que los Estados se reúnen en la Cumbre Climática en París y se reprime la expresión de la sociedad civil que protesta contra las falsas soluciones a la crisis ambiental y climática como la conservación sin gente, la hidroelectricidad, las energías alternativas que quieren pasar como limpias y son monopolizadas e implican el desplazamiento de poblaciones y la pérdida de autonomía comunitaria como la energía solar y eólica, los agrocombustibles y los bancos de oxígeno.

Reconocemos una crisis civilizatoria que sienta sus bases en el desarrollo que promueven los Estados y las industrias, la apropiación y extracción de bienes comunes a gran escala, la explotación humana y la discriminación y exclusión de las mujeres. Además se funda en la guerra y las múltiples violencias, en el destierro y en el despojo que garantizan la acumulación y el llamado desarrollo.

La crisis climática ha sido generada por el modelo hegemónico que sustenta el poder económico, político y social y no es una responsabilidad de toda la humanidad, al contrario, las comunidades campesinas, indígenas y negras han sido garantes de la conservación y uso común de la naturaleza.

Asumimos como respuesta y alternativa la lucha por la justicia ambiental y climática, entendida como la reivindicación de la defensa de los bienes comunes, los territorios y la vida contra el acaparamiento de las aguas, las tierras, los bosques y la biodiversidad.

En nuestra asamblea deliberamos e identificamos las políticas estatales y los marcos de carácter económico, social, ambiental que las soportan, y ordenan la privatización de los bienes comunes, entregándolos al capital financiero nacional y multinacional, excluyendo a las comunidades de su gestión, uso y disfrute, afectando el equilibrio ecosistémico, denegando derechos fundamentales como el acceso y suministro de agua, la autogestión comunitaria, la autonomía territorial, el derecho a la tierra y al territorio, los derechos de las mujeres y el medio ambiente sano entre otros.

De esta manera, visibilizamos y denunciamos:

• Las visiones parciales y limitadas de la institucionalidad alrededor del fenómeno del niño y su impacto en nuestro territorio y el sistema tarifario energético.
• La política nacional de privatización del servicio público del agua y el despojo de los acueductos comunitarios con sus avances en Antioquia.
• Los conflictos históricos asociados al agua que han padecido las poblaciones del oriente antioqueño.
• La imposición de una política estatal minero energética que afecta el ciclo hidrológico, como se evidencia en todo en el departamento, en especial en el norte del Valle de Aburrá y en el suroeste antioqueño.
• La constante violación del derecho al acceso y suministro de agua en la ciudad de Medellín evidenciada en las miles de familias desconectadas del servicio y las otras tantas sin la infraestructura necesaria.
• Las entidades territoriales locales no ejercen su autonomía política, someten sus decisiones sobre los usos del suelo, del agua y los bosques al desarrollo propuesto por agentes externos, vulnerando entre otros, el derecho a la participación de las comunidades en la toma de decisiones.
• El seguimiento y desaparición de activistas ambientales, hechos que permanecen en la impunidad, y la utilización de la fuerza pública para proteger y defender las multinacionales y los megaproyectos con batallones de alta montaña que reprimen a las comunidades.
• La necesidad de revisar la política del mínimo vital gratuito en Medellín, pues la actual es una caricatura de lo propuesto en el referendo por el agua como mecanismo para garantizar el derecho humano al agua.

En nuestra Asamblea, decidimos y proponemos:

• Articularnos a nivel nacional a los procesos que reivindican la justicia social, climática y ambiental.
• Respaldar y acompañar a las comunidades organizadas frente a las amenazas y problemáticas que en los territorios se presentan en torno a la minería, microcentrales, represas y agroindustrias con articulaciones, participación en acciones de resistencia y movilizaciones que propendan por la defensa del territorio y el agua como bien común.
• Construir nuestra propia agenda en la coyuntura que se genera con los acuerdos de paz. Todos somos actores de paz y ella se concreta en la defensa y protección de los territorios y sus fuentes de agua. Sin agua no hay democracia, justicia y paz.
• Asumir como propia y respaldar la Agenda de las Mujeres por el derecho al agua del movimiento de mujeres de Medellín.
• Promover alternativas ambientales y comunitarias como recolección de aguas lluvias, prácticas de manejo de aguas residuales, el uso de la bicicleta, reducción del uso de plásticos y otras formas de generación de energía.
• Promover espacios de formación y asambleas veredales, barriales, regionales y la asamblea departamental de los movimientos ambientales y sociales en defensa de los territorios, el agua y la vida.
• Defender la gestión comunitaria del agua, respaldando todas sus acciones políticas, jurídicas y de movilización, convocadas por ADACA y la Red Nacional de Acueductos Comunitarios de Colombia y su lucha por una ley propia.
• Participar en el 2016 en la Jornada Nacional en defensa de la gestión comunitaria del agua, acordada en el V Encuentro Nacional de acueductos comunitarios, realizado en Villavicencio.

Medellín, 4 de diciembre de 2015.

Contenido

Por Javier Márquez Valderrama
Corporación Ecológica y Cultural Penca de Sábila

Nos preocupa el porvenir del mundo. El mundo por venir. Ese mundo por venir depende del mundo de hoy. De las cosas y los seres del mundo de hoy, así como este mundo que vivimos hoy es el porvenir de nuestros ancestros, hombres y mujeres de esta especie que imaginaron un porvenir.

¡Ay, vida, no te vendas!

Cada comunidad construye su sabiduría en la experiencia que acumula como bien común y la deposita en hombres y mujeres que llama sabios. Y la sabiduría se vuelve advertencia, sensatez, prudencia, responsabilidad individual y colectiva. Respeto a lo insondable, a lo misterioso, a lo inhabitable. La sabiduría reconoce lo ignoto y lo inconmensurable, y hace de su mirada cautelosa la posibilidad de conocer, acogiendo la incertidumbre como la manera de comprender. Conocer no es saberlo todo, esculcarlo todo, dominarlo todo. Conocer es saber del límite, de la posibilidad de nuestra potencia, de nuestra capacidad de hablar, de nombrar, de tejer con palabras lenguajes y sentidos y poder comunicarnos y entender las señales del agua, la tierra, el aire y el fuego.

Esta capacidad nos ha hecho una especie con palabra, lenguaje, pensamiento, tecnología y artefactos. Allí reside nuestra tragedia y nuestra comedia, nuestra felicidad y nuestro desencanto. Nuestra vida como especie parlante está ligada a la trama de la vida, pero la palabra también nos ha llevado al extravío. Hemos creído que somos el centro de la vida, no parte de ella. La capacidad de la palabra nos ha llevado a creer que somos los dueños, amos y señores del universo, y lo digo en masculino con toda la conciencia de que en ese genérico hombre no está contenida la humanidad toda. La humanidad femenina y masculina.

El dominio, la explotación la subordinación están asociados a esa manera masculina patriarcal de querer dominar a la Mujer, a la Naturaleza y a los seres humanos. Y si bien lo femenino no es naturaleza, pues, como lo masculino, es una manera de ser humanos, la feminización del mundo que vive la época habla de cambios profundos, raizales cambios para sobrevivir, porque sobrevivir es el sino de la especie, de esta especie que ha hecho de la tierra su hábitat y la ha vuelto, al orbe todo, objeto de su dominio.

Nos encontramos aquí para hablar de la tierra. Se juntan en esta conversación miradas y voces distintas. Los pueblos originarios hablan su propia palabra, que demuestra que la ciencia, la filosofía, la ecología, la física, las matemáticas, la economía y la jurisprudencia son lenguajes para nombrar y decir, que pueden dialogar con otros lenguajes humanos en un territorio común que es la literatura, la poesía. Porque tan legítimo es el pensamiento de unas como el de otras culturas humanas.

Yo me siento aquí con ustedes a hablar desde la ecología política. Creo profundamente que el conocimiento recogido en la Ecología se ha hecho base de la comprensión de nuestro lugar en la biosfera, de nuestro lugar en el universo, y no es extraño que los pensamientos primordiales de Nuestra vida como especie parlante está ligada a la trama de la vida, pero la palabra también nos ha llevado al extravío. Hemos creído que somos el centro de la vida, no parte de ella. 27 las distintas culturas humanas se encuentren en sencillas y profundas palabras llenas de sabiduría, y por eso el pensamiento ambiental habla todas las lenguas cuando del provenir de la especie se trata. El ser humano de Occidente se pensaba a sí mismo y con sus congéneres sin la preocupación por todas las cosas y los seres del mundo. Estaba embobado, embebido en su capacidad de transformación de todo, y desde épocas remotas, desde la Grecia antigua, aprendió lo que hoy tiene que desaprender: creer que sus técnicas y artes lo hacían centro del universo, un ser humano que, cerrado en su presente, confió a la razón y a la técnica la capacidad de dominar el mundo, e hizo de la preocupación por lo público y lo privado la preocupación por sí mismo, por el interés colectivo como humanidad, olvidándose del mundo, del territorio, el paisaje, los vegetales, los minerales, los otros animales, el agua, el fuego, la tierra, el aire. Se creyó amo y rey, se creyó el cuento, su propio cuento, el de la expulsión del paraíso, y con su lenguaje prepotente maldijo la naturaleza para hacerla objeto de explotación y dominación.

Al hablar de las dimensiones de la Naturaleza, dice Hans Jonas en su obra El principio de responsabilidad, siendo para él la primera la Vulnerabilidad, que: “Tómese por ejemplo, como primer y mayor cambio sobrevenido en el cuadro tradicional, la tremenda vulnerabilidad de la naturaleza sometida a la intervención técnica del hombre (léase ser humano), una vulnerabilidad que no se sospechaba antes de que se hiciese reconocible en los daños causados. Este descubrimiento, cuyo impacto dio lugar al concepto y a la incipiente ciencia de la investigación medioambiental (ecología), modifica el entero concepto de nosotros mismos como factores causales en el amplio sistema de las cosas. Esta vulnerabilidad pone de manifiesto, a través de los efectos, que la naturaleza de la acción humana ha cambiado de facto y que se le ha agregado un objeto de orden totalmente nuevo, nada menos que la biosfera del planeta, de la que tenemos que responder, ya que tenemos poder sobre ella. ¡Y que un objeto de tan imponentes dimensiones que todo objeto anterior de la acción humana se nos antoja minúsculo! La naturaleza, en cuanto responsabilidad humana, es sin duda un novum sobre el cual la teoría ética tiene que reflexionar. ¿Qué clase de obligación actúa en ella? ¿Se trata de algo más que de un interés utilitario? ¿Se trata simplemente de la prudencia que nos prohíbe matar la gallina de los huevos de oro o cortar la rama sobre la que uno está sentado? ¿Pero quién es “uno” que está en ella sentado y quizás caiga al vacío? Y ¿cuál es mi interés en que permanezca en su lugar o se caiga?“ (1).

La transformación de la tecnología al servicio de la acumulación nos lleva inexorablemente a la destrucción de las condiciones que permiten la vida de esta especie y la trama de toda la vida. La especie humana se organiza en sociedades, y esta obviedad es necesario decirla para comprender que estallamos la envoltura biológica e hicimos cultura y sociedad en una diversidad increíble, y en ella, como común elemento desde remotas épocas y en distintas latitudes, sociedades que esclavizan seres humanos para su explotación, que subordinan a la mujer para su explotación y dominación, que conciben la naturaleza como propiedad de esta humanidad dividida en clases, naturaleza que se hace despensa, que desde sus entrañas esculcadas, explotadas también, todo lo tiene que brindar sin límite, no a la necesidad solamente, sino a la voracidad de la acumulación y la renta.

La defensa de la tierra clama por eso, por una ética orientada al futuro, que debe regir a los seres humanos de hoy, como decía Hans Jonas, quien así la define: “Una ética actual que se cuida del futuro, que pretende proteger a nuestros descendientes de las consecuencias de nuestras acciones presentes” (2).

Agua, lo primordial

Agua, lo primordial, el origen después del nacimiento, el universo estaba allí, estuvo allí, tal vez sin agua, aunque sus constituyentes venían del tiempo. El polvo estelar tiene nombres químicos como oxígeno, que se dice por la arqueología cósmica que antes estuvo el hidrógeno, tal vez el elemento más antiguo. Millones de años… ¿Cuántos? ¿Para qué saber cuántos? ¿Se necesita saber cuántos? Cuatro mil quinientos millones… El agua nació en el universo a partir de la unión del oxígeno (creado en las estrellas) y el hidrógeno (el elemento más antiguo). El agua es el líquido primordial, sin agua líquida no habría la vida como la conocemos en su infinita variedad.

“Pero, ¿qué es el agua? —decía en un texto sobre la ética del agua— Ese elemento que todos los días y a todas horas nos acompaña, nos humedece, nos alimenta y limpia, nos refresca y nos calienta, nos alegra y tranquiliza. ¿Qué es el agua? ¿Una sustancia? ¿Un elemento? ¿Una juntura de elementos químicos? ¿Un líquido? ¿Un sólido? ¿De qué materiales está hecha esta cosa que nos da ingeniosidad, nos despierta, nos moja, nos duerme, nos desespera? ¿Qué es esa cosa de la que estamos hechos, como dicen los que saben, en un 60 o 70 por ciento? La química la define como una sustancia que proviene de la reacción del hidrógeno y el oxígeno. Su fórmula es H20, su peso molecular es 18 g/mol. Es al mismo tiempo un ácido, un hidróxido, una sal y un óxido, es decir, es una cuadratura más compleja que la santísima trinidad.” (3)

Por la ecología sabemos que la vida se originó en el agua y que ella es condición de su permanencia. Si obramos con la plena conciencia de ser parte de la inteligencia de la vida, si por nosotros y nosotras habla, se expresa y comunica el agua base de la vida, entonces podemos defender sus derechos, pues son a la vez nuestros derechos. ¿Cómo separarnos de ella si ella somos y navegamos en ella y por ella en la biosfera? Tan sencillo de comprender y tan difícil de hacer norma, derecho y jurisprudencia.

Hemos roto el ciclo hídrico; la vida es cíclica, así la comprendemos mejor: ciclo del agua, ciclo del nitrógeno, ciclo del carbono. Hemos roto los ciclos, los hemos interferido de tal manera que se vuelven contra natura. La comprensión de la lógica de la naturaleza ha servido para interceptar, intervenir, transformar y destruir.

Hoy el agua funge como bien económico, los banqueros e industriales, los empresarios y esa thanatocracia que les sirve han dicho, “lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta”, y hoy a nombre de dar valor a lo invaluable hasta el agua tiene precio monetario, y se habla de bonos de agua, de papeles de la bolsa de Nueva York para que se invierta y gane en los negocios del agua.

¿Pueden ustedes creer eso? Y cual mensajeros del agua gritamos: ¡no, no, el agua es sagrada! Y sacro es lo intocado, lo intocable, lo preservable, lo de todos y de nadie, lo que no puede ser dañado. El agua es un bien común de la humanidad y todos los seres vivos, y a nadie le puede faltar, y así, a punta de movilización y pensamiento común logramos que la ONU, precisamente un 28 de julio hace 4 años, resolviera que, en lo que a acceso y suministro se refiere, el agua es un derecho humano fundamental. Lo logramos… ¿lo logramos? Mientras se conquistaba el nuevo derecho humano, que eso no sucede todos los días, las fuentes del agua son compradas, acaparadas, desviadas las aguas para hacer represas, se hace energía que se exporta, que se compra y se vende; los ríos mueren encerrados, desviados; los peces mueren y muere la gente del río, se va… se tiene que ir, los pueblos anfibios de nuestros grandes ríos deambulan en las ciudades y pueblos sin atarraya, sin batea, cambian de oficio, los persiguen, los matan. Kemi Pernía, embera del río Sinú, te evocamos hoy en defensa del agua y de la tierra. “A Nelson Giraldo le dispararon en cuatro oportunidades y lo degollaron. Dejó una familia con dos hijos que aún se refugia en el coliseo en la U. de Antioquia”, precisó la abogada Liliana Uribe de la Corporación Jurídica Libertad. Ellos exigían derechos, los derechos al río, los derechos del río.

Más de 19.000 familias viven sin agua potable y más de 36.000 sin energía eléctrica

Denuncia en su marcha de antorchas de 2013 la Mesa Interbarrial de Desconectados. Se desvían caudales para llevar agua a los tanques y a nuestras casas. Ya se asoma la tarjeta prepago de agua. Mínimo vital en Medellín. ¿Quién dijo que un derecho se garantiza con caridad? ¿Para qué gobierno, para qué Estado? ¿Para quién el gobierno, para quién el Estado?

Antioquia es agua dulce, y esta agua de manantiales y quebradas, de ríos y humedales, esa gran riqueza, se ha vuelto tragedia para miles. El Peñol inundado y cuánta más gente después desplazada. Paso a las presas, progreso, desarrollo… ¿Desarrollo? ¿Para quién? Ahora venderán a Isagen.

Agua envenenada por agrotóxicos, fertilizantes y plaguicidas que perseveran y viajan por las aguas. Las multinacionales de la agricultura de síntesis química han vuelto compulsivamente 30 dependientes de los agrotóxicos a muchas familias campesinas y a la agroindustria de terratenientes. Comida que intoxica. Tóxicos que navegan nuestras aguas.

¡Ay, la minería! Ay la minería a cielo abierto, San Roque, Gramalote… Tristeza para la gente acallada por los batallones privados que cuidan a la minera y los batallones públicos, sí, públicos, ¿qué será ahora lo público?, impuesto de guerra, y tu plata financia batallones que cuidan a la Drumond y a la Anglo Gold Ashanthi y si no los cuidan, se cuidan. Contaminan el agua, millones de metros cúbicos de agua para la minería. ¿Y el agua de la gente? ¿El agua de los acueductos veredales y comunitarios? ¿El agua para tomar y lavar la ropa? Contaminar el agua es privatizarla. La ley, la ley de la confianza inversionista promueve la extracción de los metales y la contaminación irreversible de las aguas. ¿Sustentabilidad? Entretanto te dicen: “cierra la llave mientras te lavas los dientes…”

Mercados de aguas, empresas. Los señores expertos del Banco Mundial han recomendado entregar el servicio a los eficientes empresarios incorruptos… y la tarea se hace al pie de la letra. Agua servicio público será, está siendo, el negocio de los empresarios. Privatización. Infraestructuras y fuentes y la gente paga la tarifa y las multinacionales ganan.

Aire

Economía verde y soluciones de mercado a la llamada crisis ambiental. Cambio climático. Una civilización adicta al petróleo. Contaminó su aire y hoy habla de cambio climático, de extremos cambios del clima y hace compromisos: compromisos para definir las reglas sobre la compraventa del aire en el mercado internacional, y con una cosa que llaman Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), del Protocolo de Kyoto, se da inicio a la mercantilización de los bosques y del aire. Es la privatización mundial del aire. ¿No creen? Si privatizan los bosques mediante los programas de REDD (Reducción de Emisión por Deforestación y Degradación de los Bosques), definirán un mecanismo financiero (para repartirse las invaluables ganancias económicas generadas por el negocio del aire en un planeta intoxicado) y crearán un Comité de Tecnologías para el cambio climático (sin abandonar la “civilización” del petróleo) y agrocombustibles, energía eólica, nuclear también, energía del sol… Se venden tecnologías. ¿Quién controla las tecnologías? Y allá en el neotrópico, en el trópico, en el sur… cuiden, cuiden los bosques.

Cincuenta años atrás, el poeta Pablo Neruda escribió estos versos (4):


no sé quién eres, pero
una cosa te pido,
no te vendas.

No, aire, no te vendas,
que no te canalicen,
que no te entuben,
que no te encajen,
ni te compriman,
que no te hagan tabletas,
que no te metan en una botella,
cuidado!

Oda al aire… ¿se imaginaba el poeta que el aire, el agua, la naturaleza serían llamados “servicios ambientales”?, ¿que lo invaluable de estos bienes naturales, su intrínseco valor, su invaluable valor sería monetizado? La naturaleza mercancía. El aire también se vuelve mercancía. El aire, que nos permite respirar, el aire que fue éter, se llamaba éter, el nombre del cielo, del firmamento, antiguamente era el aire más puro de las montañas… El aire se hace mercancía. Se compra, se vende.

Hay una palabreja que se usa cada vez más para entender al rey midas de hoy: Financiarización. Una fea palabra para decir que todo se hace dinero. Les cuento el cuento del rey Midas: Érase una vez un rey muy rico cuyo nombre era Midas. Tenía más oro que nadie en todo el mundo, pero a pesar de eso no le parecía suficiente. Nunca se alegraba tanto como cuando obtenía más oro para sumar en sus arcas. Lo almacenaba en las grandes bóvedas subterráneas de su palacio, y pasaba muchas horas del día contándolo una y otra vez. No les voy a contar el final… ¿saben el final? ¿La moraleja?

Servicios ambientales… pago por servicios ambientales. El aire ya no es aquello que nos rodea, nos permite respirar, nos desordena el pelo y fluye libremente. Junto con el agua, el clima, los mares, la lluvia, el paisaje y toda la Naturaleza que nos rodea, conforman lo que instituciones y burocracias de todo tipo han dado en llamar “servicios ambientales”, una mercancía más para transar en el mercado y por la que todos deberemos pagar, queramos o no.

El fuego, el sol… la energía

La idea alquímica de que el fuego es un elemento que actúa en el centro de toda cosa como factor de unificación y de fijación, fue recordada en su día por Gastón Bachelard (5). Quiero asociar fuego y sol como lo hicieron y hacen muchas culturas. Fuego y sol. El sol, fuente de energía. Somos energía solar. La vida es energía solar domesticada, dijo el maestro Augusto Ángel Maya (6), domesticada por el mismo sistema vivo. El sol limpia el agua en la evaporación y nos la devuelve en ese fantástico ciclo, fresca y libre. Y la maravillosa fotosíntesis que hace de la energía solar energía orgánica y alimento para otros seres, y así podemos construir para comprender la vida otro ciclo, otra cadena, la cadena trófica, la cadena alimenticia que permite comprender que así como somos parte del ciclo del agua, somos parte, solo una parte, una escala de la cadena alimenticia. El sol es la energía de los ciclos bio-geo-químicos, de los cuales somos parte orgánica. Esta aventura simbólica que somos como especie no puede desconocer la lucha de intereses y los conflictos sociales por el control de la energía, por el control del fuego, del agua, de la tierra y del aire. Pero como lo enseña Augusto, es al fin y al cabo una aventura simbólica de la especie, nuestra especie.

Hemos tomado el fuego y no nos hemos dado a él. Se queman nuestras alas. La combustión, lo combustible, los combustibles son energía fósil. Petróleo que se hace combustión en millones de motores, que se hace plástico, montañas de plástico, islas de plástico. Gases efecto invernadero, contaminación atmosférica, privatización del aire por contaminación. Contaminación de las aguas. Una matriz energética absurda. La tierra se estremece, se calienta, cambian los climas.

Las fuentes de energía en manos de la avidez y la miopía humanas, advertía Hans Jonas, pueden ser nefastas, como acontece hoy y está demostrado. Siempre nos habla de los límites naturales. De los umbrales críticos del riesgo. Y sueña con una ciencia nueva de las interdependencias, y eso es lo que requiere también el cambio radical que se impone: una ciencia de la incertidumbre, que no quiera conocerlo todo, que comprenda y sea la base de una nueva ética ambiental. Incertidumbre, cautela, inseguridad. Cambiar las metas, no crecer más. Controlar la población. Redistribuir la riqueza. Decrecer… Decrecer. Vivir más con menos.

Tierra…
La tierra, la matriz universal.

La tierra es una sola. Es un ecosistema de muchos ecosistemas. Comprendida así, sabremos por sentido común que un daño aquí repercute allá. Que la contaminación circula, se devuelve. Gustavo Wilches-Chaux, en entrevista reciente, da la bienvenida al cambio climático porque puede ser la posibilidad de entender “que perdimos la capacidad para convivir con las dinámicas del planeta, que no es inerte sino un ser vivo. No estamos preparados culturalmente para los cambios. En cierta forma yo le doy la bienvenida al cambio climático porque nos está obligando a tomar medidas que son urgentes, pero que tal vez no habríamos tomado si no existiera esa alerta global. Si mañana dijeran que no hay cambio climático sería muy grave, porque volveríamos a darles motosierra a los páramos sin arrepentirnos” (7).

El sistema de la vida ha sido pues intervenido por nuestra prepotencia tecnológica como especie, el Homo faber se impone al Homo sapiens, y la lucha por controlar el fuego, el aire, la tierra y el agua ha llevado a la guerra, a la crisis de la civilización humana. En los últimos decenios se han visto gobiernos que le entregan los preciosos territorios de Colombia a la megaminería, potencian el acaparamiento de la tierra y convocan a las maquiladoras para que ocupen indignamente a la gente del país convertida en mano de obra barata, dado que una élite política y empresarial tiene alianzas con Estados y corporaciones transnacionales. Cada vez se comprende mejor por qué la tragedia colombiana ha elevado a más de 6.000.000 las víctimas reconocidas y registradas en la base de datos oficial. El modelo extractivo se ha impuesto mediante la combinación del despojo con una legislación flexible, tanto laboral como ambiental, y si bien avanzan tímidamente leyes como la de restitución de tierras y la de reparación a las víctimas, no solucionan el proceso de acaparamiento de la tierra que ha desplazado y desterritorializado a más de 4.000.000 de colombianos y colombianas, robándoles de manera violenta aproximadamente 10.000.000 de hectáreas a los sectores campesinos.

Qué hacer

Nosotros hacemos de la ciencia la crítica de la ciencia. Nuestra palabra y acción se apoyan en la Ecología política y la lucha por la sustentabilidad ambiental.

Nos reconocemos en el ambientalismo como una crítica radical al modelo de desarrollo dominante que convoca a un replanteamiento raizal de la cultura. El ambientalismo es un movimiento social de nuevo tipo, basado en un paradigma que quizás es el más completo en su crítica al desarrollo moderno y el más holístico en su apuesta utópica. Parte de leer que el estilo de producción y de vida dominante ha puesto en cuestión la vida en el planeta, y que su sistema de tecnología y su sistema simbólico han establecido, desde un antropocentrismo todopoderoso, un estilo de producción y de consumo insostenible.

Con base en la ecología como sistema de comprensión de la lógica del territorio, podemos entender la disputa entre los seres y las cosas que conforman el mundo, y en éste el lugar que ocupa nuestra especie, dramático, trágico, pues ha generado cambios negativos e irreversibles que agreden la trama de la vida y hoy ponen en vilo la calidad de vida y el bienestar de miles de millones de personas. La ecología, esa ciencia del territorio, se ha transmutado en una ética, una estética y una política que nos permiten comprender las relaciones de poder y los intereses en disputa por los territorios y sus bienes naturales.

Los valores y principios en juego, las concepciones sobre la felicidad y el progreso, la noción de desarrollo, el presente y el futuro de la humanidad y de la vida misma del planeta Tierra, se expresan en este debate sobre la defensa de los bienes comunes y públicos, de los territorios y las culturas, de las economías campesinas y las luchas urbanas por el acceso a una vida digna. Estamos, sin duda, ante una crisis planetaria que se expresa dramáticamente en la situación del clima, la pérdida creciente e irreversible de la biodiversidad, el incremento en la pérdida de grandes cantidades de agua por su contaminación, la pobreza creciente, el hambre y las enfermedades. Todo ello manifiesta la crisis de una sociedad anclada a la explotación de los seres humanos por una lógica de acumulación de riquezas, a la dominación de las mujeres por una cultura y una ideología patriarcales, al racismo y a la dominación de la naturaleza. A partir de estos valores se construye la justificación de la guerra —otra expresión de la crisis de las sociedades humanas— y del modelo económico hegemónico que, a la par que genera exclusión y miseria, depreda ilimitadamente la naturaleza.

Esta crisis exige sin duda nuevos enfoques políticos, así como aplicar estrategias y tecnologías más apropiadas, pero sobre todo exige asumir con coherencia el nuevo paradigma de sustentabilidad ecológica y social. Esto precisa un nuevo enfoque ético y cultural basado en los principios de equidad intra e intergeneracional, e implica asumir el principio de responsabilidad con la radicalidad que requiere la amenaza global, pues solo así se puede enfrentar una situación como la que vivimos.

De otro lado, vivimos un reverdecimiento del capitalismo. Como lo plantea Fernando Mires, también al capitalismo le resulta útil el discurso ecológico. “Algo pasa. Una preocupación superior recorre el mundo, la preocupación por la gravedad de los problemas ecológicos… la crisis de la relación entre la sociedad la cultura y la naturaleza, de allí cierta moda ‘ecologista’. Así lo reconoce el segundo artículo del Atlas vacío legal internacional en torno a la responsabilidad de las empresas sobre el medio ambiente, intentos de lavado ecológico por parte de los lobbies industriales con fuerte apoyo de campañas publicitarias seudo-verdes: en medio de la esquizofrenia ambiental, el camino para salvar el planeta sigue siendo estrecho” (8).

La ecología política es la síntesis de una ética, una estética y una ideología que se fundamentan en la ecología como disciplina y en el conocimiento de la lógica del territorio. La ecología política concita a la solidaridad en la resolución de los problemas ambientales, invita a la coexistencia y la participación de todas y todos en su solución. Se basa en la mirada científica para hacer una crítica de la alianza entre ciencia, técnica y capitalismo, no parte de certezas, y reconoce la incertidumbre y que todas las decisiones sobre la vida son decisiones políticas que deben permitir la coexistencia equitativa desde una perspectiva integral y holística. El ejercicio de la responsabilidad es la característica de esta coexistencia que se basa en el respeto a la diversidad y la pluralidad. La ecología política es característica de la especie humana como enfoque teórico e ideológico que busca comprender el sentido de la vida humana inmersa en el mundo, y busca respetar la integridad ecológica de la trama de la vida.

Texto presentado en el 24 Festival Internacional de Poesía, el día 24 de julio de 2014 en el Museo Casa de la Memoria (Medellín) durante el Encuentro “Celebración de la Tierra. Defensa de La Tierra”, espacio compartido con Vito Apüshana (Colombia, Nación Wayuu) y Joy Harjo (Estados Unidos, Nación Muskogee).

Notas

(1) Hans Jonas. El principio de responsabilidad: ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Barcelona: Editorial Herder, 1995.

(2) Ibídem.

(3) Javier Márquez. Hacia una ética del agua. En: Soluciones Agrarias, Nº 9-10. Ediciones desde abajo, 2008.

(4) Aire, no te vendas. EcoPortal.net. 3 de diciembre de 2004. En: http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Economia/Aire_ No_Te_Vendas

(5) Sus estudios sobre psicología de los elementos, el agua, el aire, la tierra, en sus relaciones con la literatura son hoy clásicos: Psicoanálisis del fuego (1938), El agua y los sueños (1942), El aire y los sueños (1943), La tierra y la ensoñación de la voluntad (1948). Gastón Bachelard. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Gaston_Bachelard

(6) Augusto Ángel Maya. El Reto de la Vida. Bogotá: Ecofondo, 1996.

(7) Bienvenido, cambio climático’: Gustavo Wilches-Chaux. Entrevista. 18 de septiembre de 2009. En: http://www.eltiempo.com/ archivo/documento/CMS-6147151

(8) Fernando Mires. Crítica de la razón científica. Caracas: Nueva Sociedad, 2002, p. 288.

*Artículo publicado en la Revista Agua Bien Común #2

Por Katherine Higuita Alzate
Corporación Penca de Sábila

Embotellar agua se convirtió en uno de los negocios más rentables en el mundo tanto para las grandes multinacionales como para las empresas nacionales y locales. Las personas, ignorando el grave impacto ambiental, social y cultural que tiene el consumo de agua embotellada, están contribuyendo a la privatización de uno de los recursos más preciados para el ser humano.

Agua embotellada, de bien común a mercancía

Danone, Nestlé, Pepsi y Coca-Cola son las multinacionales que controlan el negocio del agua embotellada en el mundo. Su rentabilidad consiste en que al envasar agua, sea de origen subterráneo o de grifo (1), ésta es mercantilizada a costos muy superiores a los establecidos en las tarifas de los acueductos públicos. En el caso de Medellín, por ejemplo, para un estrato 3, el metro cúbico de agua (mil litros) tiene un valor aproximado de 1.097 pesos (2), mientras que una botella de agua de medio litro cuesta alrededor de 1.500 pesos, lo que equivaldría a un costo 2.900 veces mayor (3).

Pese a los altos costos que implica consumir agua embotellada, este negocio crece a un ritmo anual del 12%, es decir que se duplica cada 6 años, y en cuestión de 30 años el agua embotellada ha pasado a ser una de las mercancías que más dinero mueve en el mundo. En Colombia, para el año 2011 se vendieron más de 176 millones de dólares, sin embargo, es Argentina quien lidera el negocio en la región con ventas de 3.051 millones de dólares (4).

Pero, ¿qué ha hecho que el consumo de agua embotellada aumente en el mundo? Algunas de las razones que explican este progresivo incremento son las estrategias de marketing, que generan publicidad negativa en contra del agua de grifo y seducen a la población para que consuma agua embotellada, la cual promocionan como la más natural y pura y sinónimo de estatus social. Hoy en día existen cientos de marcas de agua embotellada con diversidad de sabores, olores, con vitaminas y minerales y llamativos diseños que la convierten en una mercancía de lujo.

Otra de las razones para que aumente el consumo de agua embotellada a nivel mundial es la contaminación de los recursos hídricos aptos para el suministro de agua potable, la falta de redes de alcantarillado y el creciente discurso de la “escasez mundial del agua”, que alerta sobre la crisis mundial del agua sin explicar ni analizar las razones por las cuales se ha llegado a dicha crisis.

Los riesgos ambientales que genera el consumo de agua embotellada se pueden medir por la cantidad de botellas plásticas desechadas (5); se calcula que a nivel mundial 1.500 botellas de plástico terminan en la basura cada segundo, y solo un 20% se recicla, el resto es arrojado a los ríos, mares, rellenos sanitarios o es incinerado, lo que está causando un desastre ecológico. Asimismo, la fabricación de las botellas requiere cada año 2,7 millones de toneladas de plástico, el cual es elaborado a base de petróleo, recurso no renovable que genera contaminación ambiental. Además, la extracción industrial del agua de sus lugares de origen puede provocar desequilibrios medioambientales y sociales, puesto que afecta a las comunidades locales (6).

Los riesgos para la salud por el consumo de agua embotellada son poco conocidos y publicitados, sin embargo, algunas investigaciones (7) han dado cuenta de que el agua en las botellas se almacena durante periodos más largos y a mayores temperaturas que en el caso de las instalaciones de un sistema de acueducto público, lo cual puede favorecer el crecimiento de algunos microorganismos. Los niveles de bacterias en el agua de acueductos municipales se miden cientos de veces al mes, mientras que en el agua embotellada sólo una vez a la semana, por lo que no se alcanzan a detectar posibles fuentes de contaminación en el embotellamiento. Además, la mayoría de las botellas están hechas de Tereftalato de Polietileno (PET, por sus siglas en inglés), un plástico derivado del petróleo que con el paso del tiempo desprende algunas sustancias perjudiciales para la salud, como el antimonio o el bisfenol A, de ahí que se recomienda evitar rellenarlas o guardarlas de manera prolongada o exponerlas a altas temperaturas (8).

Los riesgos sociales y culturales de la privatización del agua a través de su mercantilización, se fundamentan en que se naturaliza la privatización de los bienes comunes y por ende de la vida. En esta lógica todo tiene un precio, incluso bienes que serían impensables como el aire, las semillas, las nubes, la energía solar, los árboles. Si bien estamos en una sociedad de consumo, no podemos caer en el juego de mercantilizar la vida, porque corremos el riesgo de depender de recursos económicos para acceder a lo más básico.

Desde el Comité en Defensa del Agua y de la Vida Antioquia, se ha promovido una campaña llamada “No al consumo del agua embotellada”, la cual, mediante diversas estrategias pedagógicas, comunicativas y de movilización, ha logrado que parte de la población tome conciencia sobre los peligros de la privatización del agua a través de su mercantilización (9).

Notas

(1) Son aguas extraídas del grifo que se han sometido a tratamientos físico-químicos con el fin de que cumplan las exigencias sanitarias para el consumo.

(2) Este valor es de Empresas Públicas de Medellín y rige para estrato 3 (marzo de 2014). Para ampliar ver: http://www.epm.com.co/site/Portals/2/documentos/tarifas/aguas%202014/tarifas_aguas_marzo_2014.pdf

(3) Para Catherine Ferrier, el 90% del costo real de una botella de agua se lo lleva el embotellado, el transporte, la distribución y las campañas de marketing, dado que el agua como tal no tiene costo. Para ampliar ver: Catherine Ferrier (abril de 2001). Bottled Water: Understanding a social phenomenon.

(4) Para ampliar ver: Diana C. Cantillo (29 de abril de 2012). La revolución de una industria líquida. El Espectador.com. Recuperado de: http://www.elespectador.com/impreso/negocios/articulo-342580-revolucion-de-una-industria-liquida [Consultado el 8 de marzo de 2014].

(5) Para ampliar ver el video: La historia del agua embotellada. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=9ICFp-7RgS4

(6) Álex Fernández Muerza (13 de mayo de 2007). Impacto ambiental del agua embotellada. Recuperado de: http://www.consumer. es/web/es/medio_ambiente/urbano/2007/05/13/162594.php

(7) El documental TAPPED examina el papel de la industria del agua embotellada y sus efectos en nuestra salud, el cambio climático, la contaminación y nuestra dependencia del petróleo. Para ampliar ver: Tormenta en el cine por una botella de agua. En: http:// www.clubdarwin.net/seccion/packaging/tormenta-en-el-cine-por-una-botella-de-agua La verdad sobre el agua embotellada. En: https://www.youtube.com/watch?v=4ClWkQoPC-w

(8) Álex Fernández Muerza (13 de mayo de 2007). Impacto ambiental del agua embotellada. Op. Cit., p. 1.

(9) Si quieres unirte a la campaña puedes obtener mayor información en los siguientes correos: agua@yellow-hedgehog-611243.hostingersite.com y rajintercorregimental@gmail.com (Red Ambiental Cultural Juvenil Intercorregimental de Medellín – REDAJIC-).

*Artículo publicado en la Revista Agua Bien Común #2

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