Expresiones Campesinas resistiendo en la pandemia
El 19 de marzo de 2020 se decretó cuarentena nacional en todo el territorio, respondiendo a las disposiciones de la Resolución número 835 del 12 de marzo de 2020, la cual se refiere a la primera medida preventiva que consideró el Gobierno colombiano para evitar la propagación del COVID – 19. Dicha medida fue tomada sin considerar algunos sectores sociales y sin tener en cuenta que esto iba a traer como consecuencia la profundización de los conflictos sociales.
Seis meses después de la declaración del confinamiento preventivo, que tenía como fin el cuidado de las personas, la población rural campesina se vio profundamente afectada por diversos factores que, si bien ya eran una limitación en sus labores cotidianas y productivas, en este tiempo se acentuaron y sacaron a flote una realidad que parece ser ignorada por la administración municipal.
Es por lo anterior que en el marco de la Alianza por el Territorio y la Vida Campesina, de la que hacemos parte, el 19 de agosto de 2020 participamos en el segundo conversatorio virtual.En esta ocasión, moderado por Marcela Bermúdez, estuvimos conversando con diversos líderes y lideresas de la ruralidad del Valle de Aburrá, específicamente de los corregimientos de Medellín, Bello y algunas veredas del municipio de Barbosa.
Mediante la diversidad de voces pudimos enumerar y conversar acerca de esas problemáticas que están afectando a los territorios; para ello se designaron dos preguntas orientadoras: la primera de ellas se refirió a la forma en la que desde las veredas están afrontando la actual situación de crisis y la segunda procuró por interrogar a las y los participantes sobre esos requerimientos que consideran pertinentes para que las comunidades campesinas puedan resistir a la pandemia.
Las problemáticas fueron comunes en todos los territorios: la mala calidad de los servicios de telecomunicaciones, la falta de transporte público, la dificultad en la comercialización de los productos agrícolas como consecuencia de la falta de transporte, la carencia de atención en salud y en psicología, el incremento de la violencia intrafamiliar, la ineficiencia de la administración a la hora de gestionar y transportar las ayudas económicas y alimenticias para la ruralidad, la contaminación de las microcuencas, la creciente expansión urbana que trae consigo un cambio en el uso de la tierra y con ello una transformación cultural y ecológica, el alto costo de los impuestos prediales que afectan a la economía, entre otros que son consecuencias de vulneraciones históricas de los derechos de las comunidades campesinas en el país.
Por otra parte, se habló de los requerimientos que tienen las comunidades para mejorar su vida en el campo; dentro de ellas se resaltan tres temas fundamentales: el primero consiste en consolidar y proteger la cultura campesina, entendiendo lo urbano y lo rural como parte de un todo que sostiene una relación articulada para el funcionamiento integral de la ciudad. Segundo, el fortalecimiento de aquellos sistemas económicos solidarios donde se les dan garantías a quienes producen los alimentos y se incentiva a la producción y la compra consciente de productos agroecológicos. El tercero es garantizar la conectividad de la población que habita las montañas que también hacen parte del “Valle del Software”, esto genera una dinámica de inclusión a las comunidades campesinas y se previene la vulneración del derecho a la educación a los jóvenes de la ruralidad.
Como conclusión se reiteró la importancia de seguir construyendo elDistrito Rural Campesino para que estas y otras soluciones puedan ser implementadas de manera legítima y así procurar por la permanencia digna y la sostenibilidad de la ruralidad campesina en el Valle de Aburrá.
Encuentra aquí la transmisión del evento: ‘Expresiones Campesinas resistiendo en la pandemia’