Juventudes Rurales: Jóvenes que cuentan historias es el nombre de un proceso de formación-acción en el que participaron jóvenes de los corregimientos de Medellín: San Cristóbal, Santa Elena, San Antonio de Prado y Altavista. Este proceso se propuso promover el reconocimiento y la apropiación territorial por medio de la comunicación comunitaria como una herramienta que permite la reflexión, el diálogo y la creación de nuevos conocimientos desde las dinámicas propias de cada territorio.
Las acciones realizadas permitieron a los y las jóvenes pensarse la comunicación comunitaria desde diferentes perspectivas y temáticas, facilitando la creación de diversos contenidos digitales que hablan del senti-pensar juvenil en cada corregimiento, desde la memoria histórica, atravesada por el rock, hasta la vida campesina que está siendo amenazada por la urbanización de la ruralidad.
Se realizaron cuatro talleres donde se habló acerca de la comunicación, la comunicación comunitaria como una alternativa para la participación juvenil, las vulneraciones de derechos humanos y el deterioro de los bienes comunes de la naturaleza, la comunicación como el derecho a exigir derechos y los diferentes formatos para la creación de contenidos. De estos espacios surgieron diferentes temáticas que sirvieron como insumo para la elaboración de productos que van desde la escritura hasta lo audiovisual.
El acompañamiento se hizo durante todo el proceso, en reuniones de seguimiento en donde se orientaron los proyectos de cada uno de los subgrupos que se conformaron en cada corregimiento. Así pues, se resolvieron dudas, se profundizaron temas, se discutieron enfoques y se acompañó desde lo técnico y temático para dar forma a los resultados finales que reposan en el sitio web: www.juventudesrurales.com
Además, se realizó un recorrido territorial por corregimiento donde los chicos y las chicas lograron mirar el territorio que habitan en la cotidianidad desde la mirada de la comunicación comunitaria y la necesidad de contar el territorio desde el mismo espacio donde confluyen esas realidades que dotan de identidad y sentido a quienes están allí día a día.
La construcción del sentido y la puesta en común de las diferentes experiencias que se tienen de un territorio a otro también fueron parte fundamental del intercambio de comunicación comunitaria que se llevó a cabo el 24 de julio con tres colectivos invitados: Red Entre Montañas del corregimiento de San Sebastián de Palmitas, el equipo de comunicación rural OPDS y CDS de los Montes de María y Río Abajo Comunicaciones del Bajo Cauca antioqueño. El espacio posibilitó el diálogo entre los colectivos y los chicos y las chicas para pensar la comunicación comunitaria como una alternativa a esas dinámicas de vulneración de derechos que se viven en las diferentes regiones de Colombia, pero que aún así se presenta como una manera de defender los derechos y de reivindicar la identidad colectiva.
Finalmente, el proceso culminó el 7 de agosto de 2021 con un encuentro donde los chicos y las chicas tuvieron el espacio para socializar sus proyectos de comunicación y de dónde se pudieron compartir reflexiones acerca de las nuevas formas de habitar el territorio para contarlo y compartirlo desde sus propias experiencias. En ese sentido, el proceso permitió que las personas participantes tuvieran un primer acercamiento a la comunicación comunitaria y la posibilidad de construir territorio desde ella.
Durante el mes de marzo de 2021 se llevaron a cabo dos campamentos juveniles en la Reserva Natural El Edén, de la Cooperativa Financiera Confiar, ubicada en la vereda La Veta del Municipio de Cocorná. Participaron jóvenes de los corregimientos San Antonio de Prado, Altavista, Santa Elena, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas de Medellín.
En los últimos años, la Reserva Natural El Edén ha realizado un proceso de restauración ambiental, implementando prácticas de la bioingeniería y la agroecología para la recuperación y protección de los ecosistemas, como la reforestación con especies nativas y el manejo alternativo de taludes. Durante los campamentos los y las jóvenes recorrieron la Reserva e implementaron algunas prácticas de restauración: aplicación de abono orgánico a las especies en crecimiento, preparación de sustrato para plantación de árboles, reforestación y reproducción vegetal a través de esquejes.
Por otro lado, los campamentos posibilitaron el diálogo entre los colectivos ambientales Cocorná Consciente, Red Entre Montañas (San Sebastián de Palmitas) y REDAJIC (Red Ambiental y Cultural Juvenil Intercorregimental). El intercambio se concentró especialmente en las experiencias de Cocorná Consciente, quienes dieron a conocer el contexto político y socioambiental del territorio, sus amenazas y las acciones de articulación y defensa que han hecho las comunidades. La subregión del oriente antioqueño se encuentra amenazada, una vez más, por las lógicas de los proyectos extractivistas, pues se ha priorizado esta zona para la construcción de las Pequeñas Centrales Hidroeléctrica (PCH).
Este tipo de salidas de campo facilitan el intercambio de saberes, la organización, la construcción de vínculos de amistad, la formación en temas ambientales y de participación juvenil, el reconocimiento de otros territorios y otras experiencias que inspiran a los y las jóvenes a conocer y defender los territorios rurales campesinos.
Luego de marchar el 8 de marzo por las calles de Medellín y unirse al manifiesto del Movimiento Social de Mujeres, los días 17 y 26 de marzo la Red Intercorregimental de Mujeres de Medellín realizó una serie de plantones al frente de las casas de gobierno de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas denunciando las violencias contra las mujeres rurales y campesinas. Agradecemos la vinculación de la batucada Manada Roja a esta acción pública de denuncia.
Comunicado Red Intercorregimental de Mujeres de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas, Medellín
Nosotras, mujeres rurales y campesinas de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas NOS CONCENTRAMOS hoy en el marco de la conmemoración del 8 de marzo “Día Internacional por los Derechos de las Mujeres” para denunciar las persistentes situaciones de discriminación, exclusión y violencias perpetradas contra las mujeres, las cuales continúan siendo un flagelo a nuestros derechos humanos que denotan los arraigos a una cultura patriarcal.
DENUNCIAMOS las violencias en todas sus manifestaciones: psicológica, física, sexual, económica y patrimonial, expresando todo nuestro repudio y señalando que estas tienen matices particulares relacionados con las dinámicas propias de nuestros contextos campesinos y rurales, los cuales deben ser considerados de manera diferencial por el Estado para su atención y tratamiento.
La persistente violencia física expresada en agresiones directas al cuerpo de las mujeres, la violencia psicológica como muestra de la subvaloración, menosprecio y denigración de lo femenino, la violencia sexual evidente en el desconocimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos, las barreras para decidir libremente la maternidad, las violaciones y el miedo a transitar por el territorio debido a la inseguridad, la violencia económica manifiesta en la falta de autonomía económica de las mujeres campesinas y en el no reconocimiento del trabajo en las fincas campesinas, y la violencia patrimonial visible en los obstáculos persistentes para que las mujeres campesinas seamos propietarias de la tierra. Todas estas situaciones son expresión clara de las violencias a las que estamos sometidas las mujeres de forma cotidiana.
EXIGIMOS al Estado la atención y protección de nuestros Derechos Humanos, lo cual encuentra relación con el reconocimiento de la legislación existente en materia de atención a las violencias contra las mujeres, la formación permanente de funcionarios y funcionarias responsables de las rutas de atención a las violencias con enfoque de género y diferencial, y la generación de programas y proyectos abocados al tratamiento y atención de las violencias contra las mujeres campesinas y rurales de Medellín.
Medellín, marzo 17 de 2017
“Mi cuerpo es territorio de derechos”.
“Las mujeres campesinas rechazamos todo tipo de violencias”.
“Exigimos una Medellín segura, libre de violencias y sin miedo para las mujeres del campo y la ciudad”.
“En memoria de Claudia Caicedo del Corregimiento de Santa Elena, ni un feminicidio más, ni una mujer menos”.
¡Mujer, mujer, denuncia violación, defiende tu vida, denuncia al agresor!
El pasado 11 de mayo de 2016 diferentes organizaciones, colectivos y personas nos reunimos a conversar sobre ¿para qué un Distrito Rural Campesino? con la intención de seguir generando espacios de encuentro y reflexión que permitan continuar pensándonos la ruralidad campesina de Medellín y el Valle de Aburrá. Mujeres campesinas y hombres campesinos, estudiantes y profesores universitarios y, en general, ciudadanos y ciudadanas interesados/as y comprometidos/as con una lucha histórica por el reconocimiento de los derechos, vida y territorio campesino.
En el encuentro hubo múltiples y diversas intervenciones sobre la fundamentación y defensa del Distrito, la forma en que se ha construido esta figura de ordenamiento territorial y las opiniones de las y los asistentes, muchos de ellos campesinos y campesinas sobre la importancia de seguir apostándole a la construcción social y política de este escenario.
La figura del Distrito nació para ir en contracorriente a lo impuesto por el mercado, basado éste en la concentración de capital, el alto consumo de combustibles fósiles, el extractivismo, la sobreproducción, el consumismo y los acuerdos de libre comercio; por el contrario, el Distrito reivindica el campesino y la campesina como sujetos de derechos y además, defiende y protege el campo y la tierra para la continuidad de saberes propios, la cultura, los valores, las tradiciones del campesinado y la producción enfocada al autosostenimiento.
El Distrito como espacio de derechos es una propuesta innovadora de reconfiguración del territorio hacia un modelo de desarrollo rural sostenible, puesto que reconoce la forma particular del modo de vida campesino, la producción agroalimentaria desde la apuesta agroecológica (socialmente justa, amigable con el ambiente, económicamente viable y culturalmente aceptable), alternativa para conservación ambiental y la soberanía alimentaria, aspectos que en la actualidad no son visibles dentro de la realidad del país y la ciudad.
Durante las intervenciones se recordaron las propuestas promulgadas en la Cuarta Asamblea Campesina: titularización de predios campesinos, comercio justo, producción agroecológica, exoneración de impuestos a predios campesinos, gestión comunitaria del agua, equidad de género, entre otras. También hubo oportunidad para analizar cómo está el Distrito y la ruralidad campesina en el Plan de Desarrollo de Medellín que actualmente discute el Concejo de la ciudad.
Frente a esto varios interrogantes generan el Plan de Desarrollo que se presentó a la ciudad y al Concejo que no logran recoger de manera directa las propuestas realizadas por la comunidad; además, no presentan a los campesinos como sujetos de derechos a falta de la integralidad en los retos, programas y proyectos para este cuatrienio. ¿Cuál es la visión sociopolítica del campesinado?, ¿cuál es el papel y cómo se define la mujer en el campo?, ¿por qué hablar de lo rural sin lo campesino?, fueron algunas de las preguntas que se plantearon para seguir discutiendo y haciendo control en la etapa final de aprobación del Plan y en la futura puesta en marcha.
La conversación sobre el Distrito Rural Campesino se continuará realizando como evento de ciudad con el fin de seguir visibilizando y demostrando ante la administración municipal y la ciudadanía de Medellín que los campesinos y campesinas necesitan y pueden mejorar las condiciones de vida, además de poder lograr con la reglamentación e implementación el gran desafío de cerrar la brecha entre el campo y la ciudad.
Participaron
Asociación Campesina Agroecológica de la región de Boquerón (ACAB)
Asociación Campesina Agroecológica Campo Vivo
Comité de la Asamblea Campesina del Valle de Aburrá
Red Intercorregimental de Mujeres de San Antonio de Prado, San Cristóbal y San Sebastián de Palmitas
Red Ambiental y Cultural Juvenil Intercorregimental (REDAJIC)
Estudiantes y profesores universitarios
Corporación Penca de Sábila
Declaratoria 9º Viaje de la solidaridad entre mujeres del campo y la ciudad. Red Intercorregimental de Mujeres. Medellín.
Nuevamente las mujeres del campo y la ciudad nos encontramos en el Noveno Viaje de la Solidaridad realizado el 29 de junio en el marco del 14º Festival Agroecológico en en el corregimiento de San Sebastián de Palmitas, Medellín.
130 mujeres de la Red Intercorregimental de mujeres de los corregimientos de San Antonio de Prado, San Sebastián de Palmitas y San Cristóbal fuimos partícipes de este gran evento de visibilización y exigencia de los derechos humanos de las mujeres.
Levantamos nuestras voces para exigir al Estado y a la sociedad la garantía y el respeto de todos los derechos humanos de las mujeres campesinas, reivindicamos la propiedad de la tierra, la autonomía económica, los créditos para el desarrollo de actividades agrícolas, la educación, la participación en espacios de toma de decisiones; así como una vida digna y libre de violencias físicas, sexuales o psicológicas, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y a tener una sexualidad sana y placentera. Defendimos el agua y la soberanía alimentaria como bienes comunes, el territorio, la economía y la vida campesinas.
Desde el encuentro y la solidaridad, las mujeres de la Red Intercorregimental llevamos a cabo un compartir como símbolo del acercamiento y las relaciones de amistad y afecto construidas por nosotras y en torno a las causas comunes que nos hemos propuesto.
Todas las mujeres, todos los derechos, todos los días.
El 18 de mayo se graduó la segunda cohorte de Diplomado de Promotoras de Género: hilando la Vida en Verde y Lila. En esta ocasión participaron 20 mujeres de los corregimientos de Medellín de San Sebastián de Palmitas, San Cristóbal y San Antonio de Prado. El proceso formativo tuvo como propósito debatir ideas, ganar conocimientos e identificar las dinámicas construidas social y culturalmente en torno a lo que ha significado ser mujeres.
Su duración fue de 120 horas, divididas en tres módulos temáticos: Género, Derechos humanos de las mujeres y Sexualidad femenina. La metodología utilizada fue participativa y vivencial, lo cual permitió una articulación entre las experiencias e historias de vida de las mujeres con conceptos y teorías enmarcadas en la perspectiva feminista de género.
La culminación del diplomado se presenta como un camino emprendido hacia la autonomía y al reconocimiento como sujetas de derechos; desde este las mujeres avanzaron en la recuperación de la palabra y en la confianza en si mismas, le apostaron a la educación como un aspecto fundamental para el empoderamiento, visibilizaron sus apostes al desarrollo local y reivindicaron una vivencia de la sexualidad libre, sana y placentera.